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05 de mayo de 2024

La afluencia diaria a la tumba de Lenin, abierta día y noche y visitada por todos los estratos de la población.

La afluencia diaria a la tumba de Lenin, abierta día y noche y visitada por todos los estratos de la poblaciónBundesarchiv

Cuando se quiso vender la momia de Lenin y España estuvo a punto de comprarla

A finales 1993 la asociación de vecinos La Solidaridad del pueblo madrileño de Parla, presidida por Florencio Aguado, entró en contacto con la embajada rusa con la idea de comprar la momia Lenin

Putin es a Lenin lo que Sánchez a Franco, al menos en el tema de muertos con historia. Putin, un gran hombre malo, va a pasar a la historia por muchos motivos. Sánchez por ninguno, seguramente ni siquiera por sacar de la basílica de Cuelgamuros a Franco.
Desde hace ya casi un siglo, una de las visitas obligadas a Moscú, a la Plaza Roja, es la tumba en la que está depositada la momia de Lenin. Aunque su cerebro no descansa con el resto de su cuerpo pues fue extraído y cortado en 300 rodajas para que los investigadores determinaran «el origen de su genio».
Año tras año, unas 450.000 personas acuden a ver el cuerpo del legendario líder bolchevique, muerto en 1924 en su residencia de Gorki, a las afueras de Moscú. Mantener a Lenin presentable cuesta 173.000 euros al año, según informo el Gobierno ruso en 2016. La visita del mausoleo de Lenin es gratuita. Nunca ha cobrado dinero alguno el Estado soviético/ruso por ver el cuerpo embalsamado de Lenin. No se trata de un museo sino de una sala de tanatorio de superlujo permanente. Por esta razón no dejan entrar a mucha gente a la vez. En el interior está prohibido hablar, tomar fotos y detenerse frente el cuerpo (la momia). La visita dura sobre dos minutos. Los turistas hacen algunos meses del año más de dos horas de cola para a Lenin.
Transporte del cuerpo de Lenin a la estación, 1924

Transporte del cuerpo de Lenin a la estación, 1924

En la Plaza Roja, detrás del mausoleo de Lenin, al pie del muro del Kremlin, están enterradas más de 400 personas, 50 de ellos extranjeros. 300 están en fosas comunes, la mayoría de ellos muertos durante los sucesos revolucionarios de octubre de 1917 en Moscú. 114 yacen en nichos, fueron incinerados y sus urnas empotradas en el muro del Kremlin. Doce personas están enterradas justo detrás del mausoleo de Lenin en tumbas individuales. Entre estos están Iosif Stalin (su cuerpo estuvo también embalsamado y expuesto al lado de Lenin, siendo retirado cuando ya se había producido la desestalinización en 1961 para ser enterrado detrás de Lenin), Leonid Brézhnev presidente de la URSS, Yuri Gagárin (astronauta), Gueorgui Zhukov 1896-1974 militar vencedor de la Segunda Guerra Mundial, Máximo Gorki (escritor) y el periodista comunista norteamericano John Reed.
Durante los años de existencias de la Unión Soviética, el mausoleo de Lenin fue usado como tribuna para los líderes comunistas. En los acontecimientos oficiales en la Plaza Roja, como desfiles o la celebración del 1 de mayo, se colocaban sobre el mausoleo saludando a los que desfilaban.
Dado el éxito de la momia, el Estado ruso tiene asumido que es uno de los mayores atractivos turístico de Moscú. Cobrando un euro por persona la entrada saldría gratis el mantenimiento y con el resto de los beneficios daría para comprar mucha munición para la guerra de Ucrania.
Putin, a pesar de la caída del comunismo, nunca ha pensado desenterrar a Lenin y demoler su mausoleo en pleno centro de Moscú. El propio presidente Vladimir Putin se ha mostrado en contra de esconder a Lenin, «al menos mientras tengamos entre nosotros a muchas personas cuyas vivencias sigan vinculadas de alguna manera con los logros del periodo soviético».
Vladímir Vólfovich Zhirinovski, líder del Partido Liberal-Demócrata de Rusia (LDPR) desde 1992, propuso vender la momia de Lenin. Zhirnovsky, un político adicto a la polémica, que lo mismo arremetía contra la viagra que llama «zorra» a la candidata liberal a las elecciones presidenciales rusas, sostenía que «con la venta de la momia, el presupuesto (ruso) puede obtener mucho dinero».
La momia de Lenin

La momia de Lenin

A finales 1993 la asociación de vecinos La Solidaridad del pueblo madrileño de Parla, presidida por Florencio Aguado, entró en contacto con la embajada rusa con la idea de comprar la momia Lenin. El entonces alcalde de Parla (70.000 habitantes) protestó por la iniciativa de Florencio.
En febrero 1994 la Embajada de Rusia cedió a esta asociación un monolito con los bustos de Marx y Lenin, aunque el Ayuntamiento de Parla se negó a autorizar su instalación. La verdad es que habría sido fantástico tener a Lenin en Parla. La falta de visión del entonces alcalde privó a este municipio madrileño de tener una atracción turística e histórica de primera magnitud. Los bares de la zona habrían hecho con Lenin su agosto gracias a los curiosos y a las peregrinaciones de sus secuaces.
En el 2020 la venta de Lenin volvió a saltar a la palestra cuando el empresario francés Stéphane Distinguin propuso vender la Mona Lisa por 50.000 millones de euros para tapar el agujero financiero que la Covid-19 está ocasionando a los franceses. La oposición a Putin propuso que «podríamos vender la momia de Lenin. Hay compradores: China, Vietnam o algún otro tipo de [país] comunista. Y Lenin, está en buen estado, fue momificado hace solo 96 años». Según una encuesta de 2017, durante el centenario de la revolución soviética, dos tercios de los rusos pensaban que era hora de enterrar el cuerpo de Lenin. Pero Putin se negó y se niega a romper con la historia de Rusia, cosa que le honra.

Para una pequeña parte del pueblo ruso Lenin sigue siendo el hombre más importante y providencial de la historia RusiaYury IzyumovPeriodista ruso

El periodista ruso, miembro del Fondo del Mausoleo de Lenin, Yury Izyumov, no está dispuesto a renunciar a Lenin; «fue un genio que cambió el curso de la historia mundial». Para una pequeña parte del pueblo ruso, Lenin sigue siendo el hombre más importante y providencial de la historia Rusia, sin tenerle en cuenta los cientos de miles de sus compatriotas asesinados por los bolcheviques.
Cuando se sacó a Franco del Valle de los Caídos, se le impidió ser enterrado en la Almudena, para ser llevado a Mingorrubio. El alcalde del pueblo salmantino de Agueda, Germán Florindo (cuatro años en el PSOE, 16 en el PP y otros dos de nuevo en el PSOE hasta acabar en el grupo mixto) propuso llevar los restos del Generalísimo a su pueblo, consciente de los beneficios que Franco traería a Agueda del Caudillo. Sería enterrado junto a la cruz de los caídos de granito que se levanta junto a la iglesia y que inauguró el mismísimo Franco cuando fundó el pueblo. Está claro que el alcalde Agueda tenía más vista que el de Parla con la tumba de Lenin.
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