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06 de mayo de 2024

El sueño de Jacob obra de José de Ribera

El sueño de Jacob obra de José de RiberaMuseo del Prado

Picotazos de historia

Un fenómeno que asombró al mundo: Kalachi, la aldea en la que sus habitantes se quedaban dormidos de repente

Sus habitantes –unos seiscientos en un área que comprendía la población y un par de aldeas– caían dormidos de forma súbita y quedaban postrados en ese estado durante días

Kalachi es una aldea del distrito de Yesilsky de la región de Akmola en la República de Kazajistán. Este lugar remoto y completamente desconocido para prácticamente la totalidad de la población mundial saltó a la prensa internacional en el año 2013 por unos hechos insólitos: sus habitantes –unos seiscientos en un área que comprendía la población y un par de aldeas– caían dormidos de forma súbita y quedaban postrados en ese estado durante días.
Cuando se despertaban podían encontrarse desorientados, confusos, con pérdidas de memoria, dolor de cabeza y, en algunos casos, alucinaciones periódicas. Estos fenómenos, que podían afectar a varios individuos al mismo tiempo, se empiezan a documentar a partir del mes de marzo del año 2010. Las personas afectadas se sienten bien, realizan actividades normales sin ningún tipo de sensación o síntoma previo cuando, súbitamente, caen dormidas. Algunos casos se dieron mientras el individuo afectado estaba andando.
La enfermedad afectaba a todos: hombres y mujeres, ancianos y niños, autóctonos y foráneos. Hasta afectaba a las mascotas de los habitantes de la zona. «De repente el gato se volvió tonto, un viernes por la noche. Empezó a maullar y atacó las paredes, a los muebles y al perro. Cayó dormido de golpe y estuvo roncando como un humano hasta la hora del almuerzo, al día siguiente». Esta fue la declaración que hizo una de las vecinas de Kalachi, Yelena Zhavoronkova.
Una mina de uranio en Kazajistán

Una mina de uranio en KazajistánWikimedia Commons

Durante años estos curiosos fenómenos fueron estudiados y saltaron a los medios mundiales en el año 2013. Se estudiaron unas minas de uranio cercanas por si los niveles de radiación tuvieran algo que ver. Nada. Todo normal. La cercana aldea de Krasnogorsks comunicó que se estaban produciendo casos de este extraño fenómeno. Varios afectados eran periodistas trasladados a aquel remoto punto para informar sobre los inquietantes sucesos. Un equipo de somnólogos levantó en Kalachi un centro de estudios e investigación y procedieron a investigar, analizar y experimentar con los habitantes y todo bicho viviente que cayera en sus manos. Resultados: cero. Para entonces se calculaba que que el 20 % de la población (calculada sobre ochocientas personas, incluido periodistas e investigadores) habían sido afectadas por el misterioso mal.
En el año 2015 se descubrió –¡por fin!– el origen de este curioso fenómeno. Les he mencionado a ustedes las cercanas minas de uranio. Para la construcción y apuntalamiento de los túneles y estructuras subterráneas se utilizaron grandes cantidades de maderos. Cuando la mina se cerró, se anegaron sus túneles para evitar que se filtrara alguna posible radiación y que algún aventurero entrara en ellos. El agua en contacto con la madera produce monóxido de carbono. Si a este monóxido de carbono, que dará mediciones normales la mayor parte de las veces en el exterior, le sumamos las partículas de hidrocarburos en la atmósfera tenemos dos factores que aislados no suponen ningún problema para los seres vivos. Cuando ambos niveles aumentan debido a condiciones climatologías concretas, el oxigeno baja, dando lugar a desmayos, somnolencia y todos los demás extraños efectos.
Kalachi es una prueba de cómo las explotaciones de los recursos naturales, sin una política de control de impacto –real, no ideológica– pueden dejar a las poblaciones vecinas con enormes e insospechados costes. En este caso la evacuación de la población a otro lugar.
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