Fundado en 1910
El rey don Rodrigo arengando a los jefes de su ejército antes de dar la batalla del Guadalete

El rey don Rodrigo arengando a los jefes de su ejército antes de dar la batalla del Guadalete

La peculiar costumbre visigoda de asesinar a sus reyes

Según dónde empecemos y terminemos la lista de los reyes tendremos entre 33 y 35 reyes godos, de los cuales doce fueron asesinados: aproximadamente, uno de cada tres

No es mucho lo que el español medio sabe sobre los visigodos. Además de por sus nombres inusuales, se les suele recordar por la turbulenta sucesión de sus reyes, de los cuales un gran número murió asesinado. Tanto es así que se acuñó el término de morbus gothorum, o «enfermedad de los godos», para referirse a la aparente tendencia de los visigodos de deponer a sus reyes de esta violenta manera.

Según dónde empecemos y terminemos la lista de los reyes tendremos entre 33 y 35 reyes godos, de los cuales doce fueron asesinados: aproximadamente, uno de cada tres. El primero en recibir este tratamiento regio fue Ataúlfo, en el año 415. Su asesino, Sigerico, ascendió al trono y lo ocupó durante solo una semana, asesinado a su vez por los partidarios de Ataúlfo, que hicieron rey a Walia.

El lienzo representa a Ataúlfo († 415), rey de los Visigodos

El lienzo representa a Ataúlfo († 415), rey de los VisigodosDominio Público

Si Walia murió de forma natural, el siguiente rey, Teodorico, murió de forma violenta. Él, sin embargo, pudo ver venir su muerte, ya que, según una tradición, murió de un flechazo en el ojo, luchando nada menos que contra Atila el Huno en la Batalla de los Campos Catalúnicos. Su hijo mayor, Turismundo, fue proclamado rey por las tropas en el mismo campo de batalla.

Aunque los guerreros visigodos nombraran rey a Turismundo por aclamación, parece ser que esta elección no agradó a todo el mundo. Entre aquellos que preferían otro rey estaban, predeciblemente, sus dos hermanos, y en su segundo año de reinado, Turismundo moría estrangulado, pasando la corona al mayor de ellos, que se llamaba también Teodorico, como su padre.

Teodorico II

Teodorico II

Teodorico II gozó de un reinado más largo que su difunto hermano, dirigiendo el reino durante trece años, pero cuando su popularidad disminuyó, Eurico, el tercero de los hermanos, decidió repetir el crimen, y haciendo asesinar a Teodorico se hizo con el trono.

Eurico acaba sus días de forma natural, y es sucedido por su hijo Alarico quien muere de nuevo en batalla, esta vez contra los francos en Vouillé. El periodo que sigue es convulso para el reino visigodo, que se ve expulsado del territorio francés y, poco después, sometido a la tutela de sus parientes ostrogodos, que gobiernan desde Italia. Estos acontecimientos debilitan las instituciones del reino y los visigodos encadenaron cuatro reyes asesinados entre el 531 y el 555: Amalarico, Teudis, Teudiselo y Agila.

Reyes visigodos

Reyes visigodos

Es en este periodo cuando encontramos por primera vez la idea de que los visigodos tenían especial tendencia al magnicidio. Gregorio de Tours habla de los regicidios como una «detestable costumbre» del pueblo godo. Sin embargo, no hay que olvidar que el obispo francés escribía al servicio de los merovingios franceses, que tenían un sistema sucesorio fuertemente dinástico y estaban en constante enfrentamiento con los visigodos. Hay, por tanto, un interés de presentar a los godos como crueles gobernantes de un reino inestable, que no goza de la seguridad de una sucesión dinástica.

Pero el término morbus gothorum o «morbo gótico» no procede de Gregorio de Tours, aunque a veces se le atribuye, sino de una crónica posterior, de la segunda mitad del siglo VII. Los historiadores franceses del XIX recogerán la expresión y popularizarán la visión negativa de los godos.

Si volvemos la vista más atrás veremos que durante la crisis del siglo III contamos veintiséis emperadores romanos y quince murieron asesinados

Pero el visigodo no es un caso excepcional. Pese a su fuerte tradición dinástica, los francos merovingios no se asesinaron menos que los visigodos. De hecho, la tendencia a dividir el reino entre los descendientes dio lugar a multitud de rebeliones y asesinatos entre parientes.

Si volvemos la vista más atrás, a Roma, veremos que durante la crisis del siglo III contamos veintiséis emperadores y quince murieron asesinados. Y si el 193 d.C., año que inicia la crisis, es llamado «año de los cuatro emperadores», el 238 será el de los seis emperadores. Una rápida lectura de la historia de la Roma tardía arroja una cifra de mandatarios asesinados que haría sonrojar a los visigodos. Constantinopla, la heredera de Roma en oriente y contemporánea de los visigodos, continuará con esta práctica.

¿Se asesinaban entonces mucho los visigodos? Sí, pero no más que el resto de pueblos de aquella época. En la popularización del mito del «morbo gótico» encontramos la propaganda merovingia de los siglos VI y VII y los prejuicios de los historiadores franceses del XIX, predispuestos a considerar a sus vecinos del sur más mezquinos e intrigantes que sus nobles ancestros. Estos prejuicios, tristemente, fueron adoptados también por la historiografía española de la época, a veces más pendientes de lo que decían los académicos franceses que de lo que decían las fuentes. Así, con el pegadizo nombre de «morbo gótico», se perpetuó este mito, que muchas veces se sigue repitiendo a día de hoy.

comentarios
tracking