Las tres carabelas de Cristóbal Colón. Obra de Rafael Menleon y Torres
¿Qué fue de la Niña, la Pinta y la Santa María tras el descubrimiento de América?
Desde el puerto de Palos de la Frontera partieron rumbo a lo desconocido la 'Niña', la 'Pinta' y la 'Santa María' un 3 de agosto de 1492
Cristóbal Colón, tras un largo periplo, consiguió convencer a los Reyes Católicos para financiar su nuevo proyecto: estaba seguro de que podría llegar hasta Asia navegando hacia el Oeste. Partía, pues, el 3 de agosto de 1492 del puerto de Palos de la Frontera (Huelva) con tres navíos: la Niña, la Pinta y la Santa María.
Dos meses después, llegaría a la isla de Guanahaní (ahora isla Waitling en las Bahamas), convencido de que había llegado a Asia, sin embargo, acababa de descubrir un «Nuevo Mundo», un nuevo continente: América. A partir de entonces comenzó un intercambio de culturas, creencias y personas en ambos sentidos del océano.
Estas tres naves –muy distintas entre sí, pero con un mismo objetivo– iniciaron lo que sería «la gesta más notable de la historia de la humanidad», en palabras del hispanista Hugh Thomas. ¿Pero qué fue de ellas?
La nao capitana
Al frente de la expedición iba la nao Santa María que, a pesar de ser la más pesada y lenta de la expedición (por su gran tamaño), Cristóbal Colón la eligió como su buque insignia. Propiedad del navegante cántabro y reputado cartógrafo Juan de la Cosa, tenía unos 25 metros de eslora y una estructura destinada para el transporte de carga más que para la navegación de exploración.
Por ello, apenas meses después de haber llegado al Nuevo Mundo, en concreto la Nochebuena de 1492, la Santa María encalló en un banco de arena frente a las costas de La Española (actual Haití). El accidente ocurrió mientras Colón descansaba y un grumete inexperto estaba al timón.
Construcción de la fortaleza de La Navidad
La nave no podía ser rescatada por lo que el Almirante decidió utilizar la madera de la nao para construir un fuerte, al que llamó «Fuerte Navidad», en honor al día del siniestro. Allí dejó a 39 hombres, creando así el primer asentamiento europeo en América, con el objetivo de regresar meses después.
La primera en avistar tierra firme
De las dos carabelas, la Pinta era la más rápida y ligera. Al mando estaba Martín Alonso Pinzón, figura clave en el éxito de la expedición. Fue la primera de las tres en avistar tierra firme el 12 de octubre de 1492.
Tras semanas de exploración, la Pinta pondría rumbo de regreso a España para informar a los Reyes Católicos del descubrimiento de lo que ellos pensaban era una nueva ruta hacia las Indias. Así, la carabela atracó el 1 de marzo de 1493 en el puerto de Baiona.
Tras su participación en esta gesta, la Pinta no formó parte de los viajes posteriores del Almirante, y su destino final se pierde entre usos comerciales menores y desarme silencioso.
Regresaría al Nuevo Mundo
Bautizada originalmente como Santa Clara, tomó el nombre de su propietario, Juan Niño, armador de Moguer. Esta carabela, pequeña pero resistente, contaba con velas latinas, lo que la hacía más maniobrable pero también más expuesta al viento atlántico. Por ello, antes del viaje se adaptaron velas cuadradas para mejorar su rendimiento en mar abierto.
Colón regresaría a bordo de la Niña tras el naufragio de la nao capitana. Asimismo, acompañaría de nuevo al Almirante en su segundo viaje a América. En 1495 fue capturada por corsarios franceses cerca del cabo San Vicente, pero logró escapar y continuar navegando. Aunque su final no está documentado, fue la más longeva de las tres.