Nicaragua
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha confirmado en las elecciones celebradas este domingo su cuarto mandato consecutivo tras 14 años en el poder.
A pesar de concurrir a estos comicios con una parte de la oposición o encarcelada o inhabilitada, cuando no en el exilio, hubo un rival a quién no pudo derrotar el candidato sandinista: la abstención.
Ortega se impuso sobre las urnas a unos candidatos derechistas ‘títeres’, posiblemente a sueldo del propio Gobierno nicaragüense, donde no hubo ninguna real competencia: con siete aspirantes opositores detenidos.
Pero no lo hizo frente a la abstención. El observatorio de Urnas Abiertas la situaba en un 81,5 %, alertando así sobre un proceso «viciado de origen e ilegítimo».
Además, este organismo añadió que ha recibido noticias de varias anomalías y violencia política desde todos los departamentos y las regiones autónomas del país.
La farsa electoral ha provocado el rechazo de una gran parte de la comunidad internacional.
Estados Unidos amenazó este lunes con imponer nuevas sanciones a Nicaragua después de que el presidente Daniel Ortega fuera declarado vencedor de unas elecciones «no democráticas».
«Continuaremos usando la diplomacia, las acciones coordinadas con nuestros aliados y socios regionales, las sanciones y las restricciones de visado» para que «los cómplices en el apoyo a los actos no democráticos del Gobierno de Ortega-Murillo rindan cuentas», afirmó en un comunicado el secretario de Estado Antony Blinken, refiriéndose al presidente y su esposa, Rosario Murillo.
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