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21 de mayo de 2024

Concentración en recuerdo de Ashli Babbitt

Concentración en recuerdo de Ashli BabbittAFP

Asalto al Capitolio

¿Fanática o mártir? La muerte de la seguidora de Trump en el asalto al Capitolio que dividió EE.UU.

El próximo 6 de enero se cumple un año de la muerte de la exmilitar y seguidora de Donald Trump, Ashli Babbit, en el asalto al Capitolio

Extremista y conspiracionista para unos, mártir y patriota para otros: Ashli Babbitt, muerta a tiros por un policía durante la invasión al Capitolio el 6 de enero de 2021, simboliza la división política de Estados Unidos.
Para algunos expertos, la trayectoria de esta veterana de las Fuerzas Aéreas, que murió llevando una bandera con la imagen de Donald Trump y que antes había votado por Barack Obama, ilustra la radicalización de muchos seguidores del expresidente conservador en los últimos años.

Asalto al Capitolio

El 6 de enero de 2021, miles de seguidores de Trump, entonces presidente de Estados Unidos, se reunieron alrededor de la Casa Blanca para escuchar a su ídolo.
Muchos de ellos gritaban, al igual que él, que las elecciones presidenciales de noviembre fueron fraudulentas, e invadieron el Capitolio, en donde los parlamentarios certificaban la victoria en las urnas del candidato del partido Demócrata, Joe Biden.
Asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021

Asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021AFP

Ashli Babbitt estaba en la primera fila de la multitud enfurecida que se agolpó en las puertas del hemiciclo donde algunos parlamentarios se atrincheraron, protegidos por unos pocos policías.
En las imágenes grabadas en un teléfono móvil por uno de los asaltantes, se ve a la mujer de 35 años intentando pasar, junto a otros, a través de una puerta de vidrio. «¡Vamos! ¡Vamos!», se escucha mientras los invasores continúan golpeando el resistente vidrio, y ella intenta atravesar por uno de los huecos. Es en ese momento cuando un policía abre fuego y le produce una herida fatal en el hombro.
Los medios de comunicación estadounidenses analizan desde entonces cómo Ashli Babbitt, quien se alistó a los 17 años en las Fuerzas Aéreas, pudo participar en el asalto a este recinto que representa la democracia de Estados Unidos.
Un año después: el asalto al Capitolio en los ojos de seis estadounidenses

Coronavirus

Babbitt nació en 1985 en el seno de una familia modesta en un suburbio de San Diego, en el sur de California, donde la política no era especialmente importante, de acuerdo con Roger Witthoeft, uno de sus cuatros hermanos.
Ashli se mudó cerca de su ciudad natal, no muy lejos de la frontera con México, tras dejar las Fuerzas Aéreas en 2016. Se hizo cargo, junto con su esposo, de una pequeña compañía especializada en el mantenimiento de piscinas que pasaba por problemas financieros.
En el pasado, Ashli votó por Barack Obama, del Partido Demócrata, pero sus opiniones políticas tomaron otro rumbo.
Un cambio que se hizo visible en la pancarta que colgó en la puerta de su negocio durante la pandemia de la COVID-19: «Zona libre de máscaras, mejor conocida como Estados Unidos».
Las medidas contra la propagación del virus ejemplificaron la división de la sociedad estadounidense, con los seguidores de Donald Trump oponiéndose al uso de mascarillas, entre otros mandatos considerados una injerencia por parte de las autoridades en su vida privada.
En 2018, en uno de los vídeos que difundía en sus redes sociales, Ashli Babbitt atacaba a los sin techo y a los inmigrantes sin documentos. Emprendía, además, contra políticos del partido Demócrata: «Se niegan a admitir que necesitamos un muro [en la frontera con México]».

QAnon

Para su hermano Roger, Ashli era «una californiana normal». «Los asuntos que le molestaban eran los mismos que nos molestaban a todos», dijo ante los medios.
Fanática de Trump, la mujer no se contentaba con ver sus mítines y llevar la distintiva gorra roja con el eslogan «Make America Great Again». En Twitter, se definía como «libertaria» y difundía de forma frenética las teorías conspiracionistas del movimiento extremista QAnon, que, entre otras cosas, pintaban a los miembros del partido Demócrata como pedófilos y satanistas.
«Nada nos detendrá..., ellos pueden tratar y tratar y tratar, pero la tormenta está aquí y estará abriéndose paso en Washington en menos de 24 horas... ¡De la oscuridad a la luz!», escribió Babbitt en la víspera de la invasión al Capitolio.
Esta imagen es utilizada con frecuencia por los seguidores de QAnon para simbolizar la supuesta lucha del bien contra el mal.
Algunos ultraconservadores trataron de definir a Babbitt como una «luchadora por la libertad» caída en combate el 6 de enero. Pero para otros, la imagen de la «patriota americana» era más una narrativa.
Su madre, Micki Witthoeft, ha resumido la división que su hija encarna en Estados Unidos: «Mitad del país la ama y mitad del país la odia».
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