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25 de abril de 2024

Un niño ucraniano saluda desde la ventana de un autobús de evacuación, el 14 de marzo

Un niño ucraniano saluda desde la ventana de un autobús de evacuación, el 14 de marzoAFP

31 días de guerra en Ucrania

El fantasma de las deportaciones forzosas irrumpe en la guerra

Ucrania asegura que miles de personas han sido trasladadas forzosamente a Rusia desde la región del Donbás, aunque sin aportar pruebas que lo respalden

La denuncia ha cogido fuerza en los últimos días, pero a falta de pruebas que la respalden, por el momento no puede tratarse como más que la versión de una de las partes. Miles de ciudadanos, según el Gobierno de Ucrania y algunas autoridades locales, estarían siendo deportados desde la región oriental del Donbás a Rusia, donde se les destinaría a lo que las autoridades ucranianas describen como campos de concentración o prisioneros.
La primera acusación provino del ayuntamiento de la asediada ciudad de Mariúpol. El gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, lo secundó. Al principio, las autoridades hablaron de 1.000 habitantes sometidos a ese procedimiento. Este lunes, el portavoz ministro de Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, se refirió a la cuestión en un tuit en el que habló únicamente de menores. Según las informaciones que maneja el departamento, 2.389 niños habrían sido trasladados por la fuerza desde el Donbás hacia fronteras rusas desde el comienzo de la guerra.
Según Kirilenko, los civiles son enviados primero a «campos de filtración» en los que se les revisan sus teléfonos móviles y se confiscan sus documentos de identidad antes de ser derivados a Rusia, donde se les pierde la pista, según explicó en una publicación en Facebook este domingo.
Las afirmaciones son avaladas –aunque no confirmadas– por la Embajada de EE.UU. en Kiev, que asegura que estos supuestos desplazamientos «desmesurados» cuyo destino serían «campos de concentración y prisioneros» no son actos de «asistencia» humanitaria o ayuda, sino de «secuestro», un término también empleado por el propio Ejecutivo ucraniano. «El derecho internacional humanitario prohíbe estrictamente el secuestro de civiles. El ejército ruso priva a nuestros hijos del cuidado de los padres y pone en peligro sus vidas en Rusia. Estos crímenes atroces deben ser detenidos», apuntó Nikolenko, que mantiene también que Rusia recluta población civil residente en el Donbás para reforzar sus diezmadas tropas. Este periódico ha intentado contactar sin éxito con la Embajada de Ucrania en España para recabar más información al respecto.
Las acusaciones han suscitado alusiones a las deportaciones de la época estalinista, cuando millones de personas fueron trasladadas a campos de trabajo o zonas despobladas de la antigua Unión Soviética. Entre 1930 y 1952, más de seis millones de personas, incluidas nacionalidades enteras, campesinos o individuos calificados como «enemigos de los trabajadores», fueron sometidas a reubicaciones forzosas. Gran parte de esas deportaciones tuvieron lugar desde o hacia Ucrania.

Corredores hacia Rusia

A principios de marzo, en el marco de las negociaciones de paz y el establecimiento de corredores humanitarios para la evacuación de civiles, Kiev rechazó varias propuestas de ruta planteadas por Moscú que conducían a territorio ruso y bielorruso al calificarlas de «completamente inmorales».
Pese a todo, Rusia lleva días recibiendo refugiados. La agencia de noticias rusa Ria Novosti, por ejemplo, mostró el domingo la llegada a la ciudad de Yaroslavl, unos 250 kilómetros al noroeste de Moscú, de un tren con 480 civiles procedente de Mariúpol. Según el alcalde del enclave asediado, los evacuados son registrados y provistos de un permiso de residencia especial a cambio de su pasaporte. Este canje, advierte el regidor, los convierte en prisioneros en Rusia, ya que sin pasaporte no pueden salir del país ni moverse entre provincias. Las razones por las que acaban en el país que los bombardea –miedo, desconocimiento o desesperación– siguen sin estar claras por ahora.
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