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01 de mayo de 2024

Rebeldes hutíes Saná Yemen

Rebeldes hutíes en las calles de SanáAFP

Guerra en Yemen

Yemen estrena una tregua de dos meses después de ocho años de guerra

El gobierno y los rebeldes hutíes exploran un nuevo camino para tratar de encontrar una solución a la guerra que ha agotado a ambos bandos

Las guerras acaban o por aniquilación o por agotamiento. En el caso del Yemen, parece que será la segunda opción después de ocho años de guerra devastadora.
El gobierno de Yemen y los rebeldes hutíes que controlan la capital, Saná, y amplias zonas del país, sobre todo en el noroeste, han acordado una tregua de dos meses a partir de este sábado gracias a un acuerdo negociado por las Naciones Unidas.
Este país de la península Arábiga comienza a vislumbrar una oportunidad para la paz tan ansiada por una población civil que ha sido víctima de combates y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Según la ONU, el conflicto ha dejado un sangriento reguero de 300.000 muertos y ha puesto a 30 millones de personas al borde de la hambruna y a 5 millones en situación de desnutrición.
Entre las partes enfrentadas, sin embargo, reina todavía el rencor y la desconfianza, y no son pocos los que dudan de la efectividad de un acuerdo que tiene como triste antecedente la fracasada tregua de 2016 y todos los inútiles alto el fuego acordados de forma unilateral por una parte u otra.

Respaldo saudí

La tregua cuenta con el imprescindible apoyo de Arabia Saudí, país que, junto con los Emiratos Árabes Unidos, encabeza la coalición árabe en apoyo del presidente yemení Abd Rabbo Mansur Hadi.
Hadi pretende recuperar el control del país perdido tras el golpe de Estado de 2014 en el que los hutíes, con apoyo de Irán, logró ocupar la capital.
El enviado especial de la ONU, Hans Grundberg, ha impulsado personalmente las conversaciones de paz desde hace meses.
Señaló, en declaraciones recogidas por AFP, que «los beligerantes respondieron positivamente a la propuesta de las Naciones Unidas de una tregua de dos meses».
Ahora, el próximo objetivo de Grundberg es impulsar unas conversaciones sobre la solución definitiva de un conflicto enquistado con muy difícil solución por vía militar.
El Yemen se ha convertido en un campo de batalla por la hegemonía en la región entre Arabia Saudí e Irán, y sus diferentes visiones del islam.
En virtud de la tregua, «las partes acordaron detener todas las ofensivas aéreas, terrestres y marítimas en Yemen y más allá de sus fronteras».
Asimismo, deberán permitir «a los petroleros entrar en los puertos de la provincia de Hodeida, y a los vuelos comerciales operar desde y hacia el aeropuerto de Saná, con destinos predeterminados».
La liberación de los puertos, y del aeropuerto de Saná, permitirá un mejor acceso de ayuda humanitaria para la castigada población yemení.
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