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25 de abril de 2024

Miliciano Yemen

Un miliciano hondea una bandera yemeníAFP

Fundamentalistas y con un desprecio total por los derechos humanos: así son los rebeldes hutíes del Yemen

Los rebeldes hutíes han protagonizado una de las guerras más largas y violentas del mundo actual, la del Yemen. ¿Quiénes son y de dónde han salido?

La guerra en Yemen entre los rebeldes hutíes y el gobierno yemení apoyado por la coalición árabe liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos ha vivido en las últimas horas un punto de inflexión con la proclamación de un alto el fuego.
El conflicto, en curso desde el golpe de Estado hutí en 2014 y agravado en 2015 con la entrada de la coalición árabe en las hostilidades, ha dejado un reguero de muerte y destrucción. Según Naciones Unidas, han muerto más de 300.000 personas en Yemen por causas directamente relacionadas con los combates y la consecuente crisis humanitaria.
Asimismo, 30 millones de personas están en riesgo de hambruna y 5 millones ya padecen hambre y desnutrición.
Ambos bandos, el de los rebeldes hutíes y el gubernamental, están acusados de crímenes de guerra y lesa humanidad, incluido el uso de niños soldado.

Grupo islamista

El grupo rebelde de los hutíes cuenta con una serie de particularidades que lo hace único en el enmarañado mapa de los grupos islamistas que operan en el mundo.
Reciben su denominación del nombre de su fundador y anterior líder, Hussein Badreddin al-Hutí. En un principio, el nombre de la organización era Ansar Allah, mientras que la palabra «hutí» hacía referencia al clan al que pertenecía su fundador. Tras su asesinato, el nombre del clan pasa a convertirse en el sobrenombre de los rebeldes. El grupo está actualmente encabezado por Abdul Malik al-Hutí, hermano del fundador.
Aunque el grupo es heterogéneo, la mayor parte de sus integrantes son chiíes de la rama zaidí, lo que les ha llevado a buscar la protección del Irán de los ayatolás, la gran potencia chií del mundo islámico.
Su ideología es una mezcla de preceptos fundamentalistas religiosos, con un odio a los saudíes, a los judíos y los occidentales. Sus proclamas son similares a las de los grupos yihadistas, como Estado Islámico o Al Qaeda, con referencias a la lucha contra los «cruzados» y la destrucción de Israel y Estados Unidos. Sin embargo, entre los objetos de su odio se encuentran también dichos grupos terroristas por su ideología salafí opuesta a su visión chií del islam.
En sus acciones de guerra, los hutíes no ahorran en violaciones de derechos humanos: destrucción de objetivos civiles como escuelas, hospitales o áreas residenciales, torturas, asesinatos, agresiones sexuales, etcétera.
Los hutíes se han hecho famosos por su fuerza en el combate, su capacidad de resistencia frente a un enemigo aplastantemente superior, pero también por su violencia indiscriminada y su estrategia de terror.
El origen del actual conflicto se remonta al año 2011 cuando se produce un estallido social con revueltas populares en Saná y otros lugares de Yemen en el contexto de las llamadas «primaveras árabes» por la corrupción y el colapso del Estado.
Los hutíes, que ya habían protagonizado un largo enfrentamiento con el gobierno tras el asesinato de su líder, capitalizaron desde el principio el descontento social.
El entonces presidente, Alí Abdalá Saleh, dimitió después de tres décadas en el poder y ocupó la presidencia el vicepresidente Abd Rabu Mansur Hadi. Sin embargo, el descontento social no se aplacó y alimentó el caldo de cultivo necesario para un golpe de Estado en 2014.
Los rebeldes consiguieron hacerse con el control de extensas áreas del país, incluida la capital, Saná. Refugiado en Arabia Saudí, Hadi pidió ayuda a sus aliados saudíes y emiratíes para derrotar a los rebeldes hutíes y recuperar el control del Estado.
De esa manera, el 25 de marzo de 2015 entra en el conflicto la coalición internacional árabe encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. La entrada de la coalición no significó, sin embargo, un debilitamiento de los hutíes. Más bien continuaron consolidando el territorio bajo su control e, incluso, lograron realizar varios ataques contra Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos con el empleo de drones.
La entrada de la coalición internacional árabe en el conflicto obligó a redibujar estrategias y alianzas. Los entonces enemigos Alí Abdalá Saleh y los hutíes establecieron una alianza más por motivos estratégicos que por simpatías. Saleh, de religión zaidí, optó por pragmatismo y recurrió a un temerario acercamiento a los rebeldes que terminaría por costarle la vida. Los rebeldes hutíes asesinaron al presidente y rompieron la alianza con sus partidarios en 2017.

Alto el fuego

El alto el fuego unilateral acordado por la coalición encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos que ha entrado en vigor el miércoles.
El alto el fuego se produce en el contexto de las conversaciones de paz que se están de desarrollando en Riad entre representantes de las diferentes comunidades yemeníes. Sin embargo, el hecho de que los hutíes hayan rechazado participar pone en dudas la eficacia de cualquier posible acuerdo que se pueda alcanzar.
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