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04 de mayo de 2024

USS Cole EEUU

El destructor USS Cole de Estados UnidosAFP

Tras Ucrania, ¿Yemen? La guerra que amenaza con aumentar la tensión en el mundo

Estados Unidos envía un destructor y aviones de combate a Emiratos Árabes Unidos para apoyar a su aliado frente a los rebeldes hutíes del Yemen

Ensombrecido por el conflicto ucraniano, que monopoliza las portadas de la prensa mundial, el conflicto de Yemen sigue escalando y amenaza con convertirse en la gran crisis mundial una vez que las aguas del vecindario ruso se calmen.
Estados Unidos anunció hace unos días que próximamente desplazará al destructor USS Cole, con misiles guiados, y aviones de combate de quinta generación para hacer frente a los rebeldes hutíes del Yemen.
La intervención se produce después de que los hutíes, que controlan la capital, Sanaa, lanzaran varios proyectiles contra Abu Dabi y Dubai.
La guerra en Yemen enfrenta a las fuerzas leales al presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por la coalición árabe encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, y los rebeldes hutíes apoyados por Irán.
La guerra estalló en el año 2015 después de un fracasado golpe de Estado protagonizado por los rebeldes hutíes. Los hutíes consiguieron hacerse con el control de Sanaa y ocupar las instituciones, pero el presidente Mansur Hadi consiguió mantenerse en el poder con el apoyo de su ejército y de sus aliados saudíes y emiratíes.
La guerra tiene una doble vertiente: geopolítica y religiosa. Ambas están interrelacionadas y encuentran su punto de unión en la lucha entre Arabia Saudí e Irán por imponer su hegemonía en Oriente Medio y su visión del islam. Los saudíes y emiratíes, al igual que el oficialismo yemení, son musulmanes suníes. Los rebeldes hutíes y los iraníes son musulmanes chiíes.
Desde 2015, la guerra en Yemen se desarrolla de forma abierta y sin cuartel promocionada por los bloques internacionales. Estados Unidos se ha posicionado en el conflicto al lado de sus aliados en el Golfo Pérsico, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Según la ONU, desde el golpe de Estado en 2014, han muerto 377.000 personas por el conflicto, 8 mil de ellas en episodios de guerra. Además, los 30 millones de habitantes del país se encuentran en riesgo de hambruna, 5 millones ya padecen hambre y desnutrición.
La ONU ha acusado a ambos bandos de crímenes de guerra y violación de derechos humanos. El bando hutí, además, emplea miles de niños soldado entre sus filas.
La guerra empezó a escalar hace unas semanas, cuando los rebeldes hutíes iniciaron una campaña de ataques contra las ciudades emiratíes de Abu Dabi y Dubai con drones. Emiratos Árabes Unidos ha interceptado y destruido cuatro drones armados en las últimas tres semanas.
El desplazamiento del USS Cole y los cazas se ha interpretado como una rectificación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respecto al conflicto en Yemen. Aunque su predecesor, Donald Trump, apoyó de forma abierta a la coalición árabe contra los hutíes, Biden decidió retirarse ante la violación de derechos humanos en el conflicto.
Los ataques contra Emiratos Árabes Unidos podrían haberle hecho rectificar. La ayuda de Washington a su socio emiratí no se limita sólo a la presencia del navío de guerra y a los aviones de combate. Estados Unidos ha vendido armamento y misiles a Arabia Saudí y a Emiratos a pesar de haberse retirado de la coalición. Además, aun no se ha descartado la posibilidad de que Emiratos compre 50 cazas F-35.
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