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El presidente de Chile, Gabriel Boric (derecha), saluda a Alberto Fernández, antes de una reunión en la Casa Rosada en Buenos Aires

El presidente de Chile, Gabriel Boric (derecha), saluda a Alberto Fernández, antes de una reunión en la Casa Rosada en Buenos AiresEsteban Collazo / AFP

Hiapanoamérica

El proceso constituyente que catapultó a Boric a la presidencia de Chile, empieza a naufragar

Gabriel Boric se encuentra de visita en Argentina en momentos que la percepción de que Chile va por un mal camino aumenta 12 puntos, hasta alcanzar el 52%

El izquierdista Gabriel Boric, en su primer viaje como presidente de Chile, aterrizó ayer en Buenos Aires en momentos críticos para el proceso constituyente que la izquierda populista e indigenista impulsa en Chile.

El sábado, previo a viajar a Argentina, Boric reafirmó su apoyo «de manera clara y decidida» a la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas, algo que en vísperas del 40 aniversario de la Guerra de las Malvinas frente a Gran Bretaña, seguramente Alberto Fernández y Cristina Kirchner se los agradecerán enormemente.

Tras ser recibido este lunes en la Casa Rosada, Boric destacó las coincidencias políticas con su homologo argentino: «Tenemos una misma visión con el presidente Alberto Fernández». Así mismo, el presidente chileno agregó que hay una cuestión que le interesa mucho y que va más allá de los acuerdos diplomáticos: «recuperamos desde América Latina una voz protagónica en los foros internacionales».

Sin embargo, el reto más grande que tiene Boric es a nivel nacional, pues cuando regrese a Santiago se encontrará una realidad cada vez más hostil. El rechazo y la desconfianza del proceso constituyente que la izquierda domina con un 80% de delegados -desde hace ya casi un año- crece de manera decidida hasta el punto de que las opiniones desfavorables (46%) por primera vez superan las favorables (40%).

Cada vez más chilenos se interesan en el proceso con el cual se redactará una nueva Constitución y cada vez más crece la desconfianza (55%) y el rechazo del texto que resulte de ella.

La encuesta de Plaza Pública-Cadem correspondiente a la quinta semana de marzo, confirma esta tendencia, que de mantenerse, anticipa una derrota a la Constituyente que pretende entre otras cosas: legalizar el aborto libre, convertir a Chile en un Estado plurinacional como la Bolivia de Evo Morales o transformar las cotizaciones de la seguridad social en un «fondo solidario» público.

Las apuestas de la «ola progresista»

La Asamblea Constituyente instaurada en 2020 fue la 'salida política' para satisfacer las protestas callejeras que culpaban a la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) como el «origen de las grandes desigualdades» del país por su marcado corte neoliberal.

Boric, como diputado y exlíder universitario fue un decidido promotor de esta ola progresista que promete «revertir las injusticias heredadas de la dictadura» durante todos los gobiernos de la democracia.

En el nuevo texto constitucional, la izquierda chilena apuesta por mecanismos de «democracia directa», proponen eliminar el Senado y sustituirlo por una Consejo Territorial que sólo pueda participar en la revisión de alguna leyes, cambio legal que actualmente acumula un 50% de rechazo aumentando 2 puntos con respecto a febrero.

Según la misma encuesta, los chilenos rechazan categóricamente que se pretenda cambiar la actual configuración del Estado a uno plurinacional. Los chilenos apoyan en un 72% la idea de que Chile es multicultural, sin tener que crear una organización multinivel compleja y fundamentada en «nacionalidades», etnia o la cultura como en el caso de Bolivia.

El tema de las pensiones, otro asunto sensible para los chilenos, se muestra dominado con un 73% de las opiniones que prefieren que exista libertad de elección por medio de un sistema mixto frente a la propuesta «progresista» de que el Estado administre y pague las pensiones a través de un sistema de reparto público que tan sólo acumula el apoyo del 24%.

La popularidad empieza a bajar

En tanto, según la misma encuesta de Plaza Pública-Cadem la aprobación al Presidente Boric cae en marzo 5 puntos ubicándose en 45%, mientras la desaprobación (35%) vuelve a aumentar y acumula un alza de 15 puntos en tan sólo dos semanas.

Por su parte, la percepción de que Chile va por un mal camino aumenta 12 puntos hasta el 52% y vuelve a superar a quienes creen que va por un buen camino al desplomarse en 7 puntos y ubicarse en 40%.

En el caso de Boric, parece que aquella máxima que dice que no es lo mismo llegar al poder que gobernar, se aplica con mayor severidad y que los chilenos que ven cada vez con mayor atención que su horizonte no es futuro, sino retroceso, le plantarán cara en el plebiscito al que es necesario someter el texto constitucional previsiblemente para verano de este año.

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