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20 de abril de 2024

Artilleros ucranianos en la línea del frente cerca de Lugansk

Artilleros ucranianos en la línea del frente cerca de LuganskAFP

Guerra Ucrania-Rusia

Ucrania advierte del recrudecimiento de la ofensiva rusa en el Donbás

Nuevas imágenes satelitales muestran un convoy ruso de más de 12 kilómetros que se dirige al este del país

«Estamos listos para luchar. Será una batalla difícil», ha reconocido el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. Occidente ya había advertido de un recrudecimiento de la ofensiva en el este y sur de Ucrania, sobre todo, tras el anuncio del Ministerio de Defensa ruso, el pasado 25 de marzo –cuando se cumplía un mes de la invasión rusa–, en el que daba por finalizada la «primera fase» y por lo tanto el Ejército ruso se centraría «en la consecución del objetivo principal: la liberación del Donbás».
Las autoridades ucranianas llevaban días alertando de que las fuerzas rusas se estaban reagrupando en el sur y el este de Ucrania, hipótesis ahora confirmada por imágenes satelitales difundidas por la empresa estadounidense, Maxar Technologies, que muestran un convoy ruso de más de 12 kilómetros en dirección al Donbás. Según Maxar el convoy estaría compuesto por «vehículos blindados, camiones con artillería remolcada y equipos de apoyo».
La situación en Ucrania se complica a medida que transcurren las horas. Rusia, que no ha conseguido hacerse con ningún núcleo urbano a excepción de Berdiansk, redobla sus esfuerzos sobre ciudades como Mariúpol, Odesa o Járkov, en esta última los bombardeos rusos han matado a once civiles este fin de semana. La ciudad costera de Mariúpol es de capital importancia para Moscú, ya que permitiría abrir un corredor desde la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, hasta la región del Donbás.
Mariúpol ha sido fuertemente golpeada desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Según calculan las autoridades ucranianas, al menos 5.000 personas habrían muerto en esta ciudad, mientras que otros 120.000 civiles siguen atrapados bajo la constante amenaza de bombardeos, a lo que hay que sumar la falta de agua, luz y comida como consecuencia del brutal cerco que ha impuesto el Ejército ruso desde prácticamente el inicio de la guerra.
Las fuerzas rusas habrían conseguido ganar algo de territorio durante las últimas horas en Mariúpol y aislar a las fuerzas ucranianas en el puerto y en la planta siderúrgica de Azovstal en el este, según ha informado el think thank estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra. Asimismo, el Ejército ruso ha intensificado sus ataques sobre las regiones de Lugansk y Dnipro. El propio Ministerio de Defensa ruso ha confirmado estos ataques alegando que se trataban de «objetivos militares», mientras que Kiev lo desmiente y señala que los misiles han impactado contra una escuela y una torre de viviendas.
«Si por la mañana ardían las casas en la parte nueva de la ciudad, durante el día el Ejército ruso abrió fuego por toda Severodonetsk –ciudad situada en la región de Lugansk–. Las infraestructuras sociales y críticas quedaron destruidas casi por completo», ha informado la administración militar regional a través de un comunicado en Telegram. En Dnipro, un ataque ruso ha arrasado el aeropuerto. El gobernador de la región confirmaba que tanto el aeropuerto como la infraestructura cercana «han quedado destruidos».
Odesa, otro enclave estratégico en el sur de Ucrania a las orillas del mar Negro, impuso el viernes un toque de queda de 24 horas, a raíz de una fuerte «amenaza» de ataques con misiles. Tras el bombardeo que tuvo lugar el pasado viernes en una estación de tren en Kramatorsk (este de Ucrania), que acabó con la vida de 57 civiles, las autoridades locales de esta ciudad avisaban de la posibilidad de sufrir un ataque similar, «por eso se impuso el toque de queda en Odesa», el cual finaliza esta misma madrugada.
El asesor presidencial ucraniano, Oleksii Arestóvich, ya ha dado por iniciada la gran ofensiva contra el Donbás, «han comenzado a apretarnos con mucha fuerza desde el sur y también desde el norte. El plan de cercar nuestras fuerzas lo intentan llevar a cabo por todas partes», ha explicado Arestóvich. En la misma línea, Zelenski ha vaticinado que las tropas rusas «lanzarán más acciones de combate a gran escala en el este de Ucrania, pueden usar incluso más misiles contra nosotros, incluso más bombas», pero «nos estamos preparando para sus acciones, vamos a responder», ha insistido el presidente ucraniano.

Más armamento para Kiev

El ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, ha dejado muy claro a los países de la OTAN cuáles son las necesidades de su país: «armas, armas y más armas». Los países de la Alianza han respondido rápidamente a esta petición y han redoblado su envío de equipamiento militar al Gobierno de Kiev.
El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha afirmado que Washington conseguirá las «armas que necesita» Ucrania para defenderse de la agresión rusa. El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, también ha mostrado su apoyo a Ucrania, y ha anunciado el envío de 120 blindados al país del este de Europa, que se suman a los tanques y lanzaderas de misiles de la República Checa y la batería de misiles antiaéreos de largo alcance S-300 que ha ofrecido Eslovaquia.
Mientras Rusia y Ucrania se rearman para la ofensiva en el Donbás, parece que las negociaciones para un alto el fuego se han enfriado. Durante las últimas rondas de conversaciones, ambas delegaciones demostraron que aún estaban lejos de poder llegar a algún acuerdo. Ante este bloqueo el canciller de Austria, Karl Nehammer, viajará hoy a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin. Nehammer ha explicado a los medios que está decidido a «hacer todo lo que esté en su mano para garantizar que se den pasos hacia la paz».
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