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26 de abril de 2024

El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, celebra su victoria junto a su esposa Janja y al vicepresidente electo Geraldo Alckmin

El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, celebra su victoria junto a su esposa Janja y al vicepresidente electo Geraldo AlckminSebastiao Moreira / Efe

Elecciones Brasil 2022  La victoria de Lula en Brasil, en datos: los secretos numéricos de un ajustado triunfo

El líder izquierdista supera a su rival por dos millones de votos gracias al apoyo masivo de sus feudos del nordeste y al crecimiento en los estados más poblados

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil se saldó con la victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que obtuvo el 50,9 % de los votos, frente al 49,1 % del actual mandatario, Jair Bolsonaro. El líder izquierdista logró 2,1 millones de votos y 1,8 puntos porcentuales más que su contrincante, imponiéndose en los comicios más polarizados e igualados en Brasil desde la redemocratización del país.
Lula, que retomará el poder 12 años después de su salida del Palacio del Planalto, se convierte en el primer presidente que gana tres veces unas elecciones. Bolsonaro también entra en la historia, pero por motivos diferentes: es el primer mandatario electo en el gigante latinoamericano que no consigue la reelección, tras una presidencia marcada por su negacionismo de la pandemia y por sus tics autoritarios.
Aun así, el antiguo líder sindical logra un triunfo más estrecho de lo esperado y gestado en su feudo principal, el nordeste del país. Todo ello a pesar de los numerosos controles de tráfico que la Policía Federal de Carreteras fijó en la región para obstaculizar el paso de los autobuses que transportaban votantes a las urnas, en una decisión que contrariaba las directrices de la autoridad electoral brasileña.

Bolsonaro crece, pero no lo suficiente

Jair Bolsonaro fue el candidato más votado en 14 estados, entre ellos los dos más poblados, São Paulo y Río de Janeiro. El porcentaje de voto del capitán de la reserva del Ejército creció entre 2,84 y 7,95 puntos en todos los estados respecto a la primera vuelta, haciéndose fuerte en las regiones Sur y Centro-Oeste, y arrebatando la victoria a Lula en el estado norteño de Amapá.
El principal dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) se impuso en trece estados, entre ellos Amazonas y Minas Gerais –el tercero más habitado, y el que suele determinar el ganador de los comicios–, en ambos casos por la mínima. La candidatura de Lula da Silva mejoró en más de tres puntos sus resultados del primer turno en el Distrito Federal y en el estado de São Paulo, los dos territorios más ricos de Brasil, y a priori no muy afines al expresidente. Además, se mantuvo fuerte en sus bastiones del nordeste, superando el 70 % de los sufragios en Piauí, Bahía y Maranhão.

São Paulo, con Lula; Río, para Bolsonaro

Lula y Bolsonaro también se repartieron las 15 ciudades más pobladas del país. El presidente electo recibió la mayoría de los votos en São Paulo (53,54 %) y Salvador de Bahía (70,73 %), mientras que su rival ganó en Río de Janeiro (52,66 %) y en la capital (58,81 %). El exmilitar ganó en ocho urbes y el antiguo sindicalista en siete, replicando la distribución resultante de la primera vuelta de los comicios.
El líder izquierdista se llevó el triunfo por la mínima en el voto exterior –51,28 % a 48,72 %–, aunque arrasó en las principales capitales europeas. En Barcelona, consiguió tres de cada cuatro votos, y en Madrid superó a su rival por 12 puntos. Su ventaja fue más amplia en Berlín (86 %), París (83 %) o Dublín (82 %). Por el contrario, Bolsonaro venció con claridad en países como Japón o Israel.

¿Quién votó a Lula y Bolsonaro?

El último sondeo publicado por Datafolha ofreció algunas pistas sobre los principales apoyos de cada candidato. La encuesta situaba a Lula da Silva como el líder favorito de los hogares brasileños que ingresaban menos de dos salarios mínimos, mientras que las familias de clase media y alta preferían a Bolsonaro.
El dirigente del Partido Liberal también era la opción predilecta de la población blanca, evangelista y con mayor formación. Por el contrario, Lula contaba con el respaldo de la mayoría de las personas negras y mestizas, de los católicos, de las mujeres y de los que tienen estudios básicos.
Lula, que será investido presidente en enero de 2023, tiene por delante la tarea de coser a un país dividido. Pese a su victoria, el bolsonarismo sigue fuerte: este domingo se impuso en cuatro de los doce estados que elegían gobernador, entre ellos São Paulo. Un reto importante para un Lula que se comprometió tras su victoria a «restablecer la paz» en el país y gobernar para «todos».
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