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20 de abril de 2024

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante una conferencia de prensa en Roma

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante una conferencia de prensa en RomaEFE

Italia

Meloni reclama a la UE un salvavidas para Italia ante la avalancha de inmigrantes

La primer ministra protesta: «Italia no puede ser el único país obligado a pagar el costo de las oleadas migratorias desde África»

Giorgia Meloni se han enfundado el traje de estadista y afronta los problemas de Italia con la templanza y la diplomacia que requieren. La primer ministro de Italia, en masculino como ha pedido que se refieran a ella, está decidida a buscar una solución justa para el problema de inmigración de africanos.
Pese a la fama que la precedía de antieuropeista, Meloni se mueve con soltura con la Comisión y le ha pedido a la UE que se una a ella y entre todos, adopten las medidas adecuadas para cortar la hemorragia de ciudadanos que salen en estampida de sus países en busca de un destino mejor que, de forma preferencial, es Italia.
El 53 por ciento de estos, observa The Times, lo hizo a través de las costas italianas y el 31 % fue rescatado por la guardia costera. Hay un 16 % restante que alcanzan territorio italiano después de ser recogidos por barcos de ONG.
Giorgia Meloni se opone a que su país sea el atracadero de los barcos de estas organizaciones que zarpan en busca de botes precarios repletos de inmigrantes y ha impuesto la política de rechazo al derecho de amarre, lo que ha provocado la airada reacción de Francia. Emmanuel Macron reaccionó de forma airada y generó una situación tensa al exigirle que reciba los barcos que, ahora, tienen prohibido desembarcar en Italia.
Mujer de convicciones firmes y carácter, a sus 45 años, no es fácil que de su brazo a torcer. Por el contrario, sin levantar ampollas en la piel fina de su homólogo parisino, propone que sea la UE la que asuma el problema de forma conjunta y no abandone a Italia. «Un elemento esencial es la europeización de la gestión de las repatriaciones», insistió en sus declaraciones. Dicho de otro modo, el problema es de todos.
Meloní puso la mirada en un horizonte inminente: las relaciones con los países del Mediterráneo y África serán el futuro de Europa. Por lo tanto, deben gestionarse con consenso. En una entrevista con el diario La Repubblica, Meloni advirtió que la posición geográfica de Alemania y Francia, permite a estos países mantenerse al margen de esta avalancha de inmigrantes que sufre año tras año Italia.
Mientras París y Berlín administran el problema con exigencias y procesos burocráticos, Italia no puede permitirse ese lujo. «Eso, -protesta- ya no es aceptable. Debemos detener ese tráfico. Italia no puede ser el único país obligado a pagar el costo de las oleadas migratorias desde África», reflexionó sin mencionar que España sufre un problema similar.
El flamante ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, en coincidencia con la primer ministro, plantea ordenar el flujo de inmigrantes antes de que se lancen al mar y pongan en riesgo sus vidas. Se trata de tener control de la emigración, de la oferta y la demanda que se puede asumir. El flamante gobierno insta a establecer criterios justos y que se ajusten a la legalidad. Para lograrlo, Italia, asumen, necesita la ayuda de sus socio de la UE.
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