El presidente ruso, Vladimir Putin, de 70 años y en el poder de forma ininterrumpida desde 1999 –alternándose en el cargo de presidente y primer ministro– no quiere abandonar el Kremlin y pretende presentarse a la reelección en 2024.
Según señaló The Moscow Times, el Kremlin afronta la cita electoral con el supuesto de que las cosas cambiarán a lo largo de este año en Ucrania y que una victoria en el campo de batalla –no se contempla otra opción– relanzará la popularidad de Putin.
Tampoco hay en Rusia espacio para otro resultado que no sea la reelección de Putin si el presidente desea seguir al mando de la Federación.
Todos los partidos opositores han sido ilegalizados y sus líderes encarcelados. Aquellos partidos legales son aliados de Rusia Unida, el partido de Putin en el gobierno, o están totalmente alineados con sus políticas.
El régimen ha estrangulado a la prensa crítica, sobre todo a lo largo de 2022, y no ha dejado espacio para la crítica política ni la disidencia.
En ese contexto, parece que Putin sí que optará a un nuevo mandato, a pesar de que la Constitución limitaba a dos los mandatos presidenciales, un obstáculo que el presidente ruso sorteó al introducir en 2020 una serie de enmiendas constitucionales que le permitirían aspirar a un quinto mandato.
The Moscow Times apunta a que el entorno del presidente está tratando de recomponer ideológicamente la candidatura de Putin para construir un relato triunfalista a partir de la guerra en Ucrania.
Sin embargo, dado que la guerra aún está en curso y las derrotas se suceden, a pesar de la victoria en Soledar, aún no está claro cuál será el eje que articule la campaña, aunque se apunta a que la unidad nacional podría ser el tema central de la candidatura.
A pesar de que se parte de la premisa de que la victoria rusa en Ucrania es inevitable, en el Kremlin son conscientes de que la guerra podría alargarse y que los efectos de las sanciones internacionales se agravarán.
En ese sentido, el diario ruso Kommersant, citado por The Moscow Times, apunta a que «las elecciones se llevarán a cabo bajo las condiciones de la ‘operación militar especial’ (la guerra en Ucrania), las sanciones y el empeoramiento de las relaciones internacionales».
Pese a todo, se apunta a que esos obstáculos podrían jugar a favor de Putin y de la élite política instalada en el Kremlin.
Las soluciones que el gobierno plantee a esos problemas, y el modo en que evolucione la guerra, jugarán a favor de Putin en una Rusia cuya sociedad está domada y aletargada después de años de autoritarismo.