Volodimir Zelenski y Ursula von der Leyen, con la plana mayor de la cúpula de la UE en Kiev, le envían un recado a Vladimir Putin: el frente europeo de apoyo a Ucrania no se rompe y el país, más tarde o más temprano, se sumará al club de los 27.
En esta Cumbre de alto nivel (nada que ver con la de Marruecos y España) que se celebra hoy, Zelenski pone sobre la mesa las purgas en su Gobierno e instituciones, de ministros y altos cargos corruptos, como prueba de sus esfuerzos por cumplir con la UE. El presidente de Ucrania intenta corregir los renglones torcidos de una nación cuya existencia depende del resultado de la guerra desatada por Putin.
Los esfuerzos de Zelenski para acelerar el proceso que le permitiría tener un blindaje considerable ante futuras agresiones de Rusia son notables, pero en el seno de la UE advierten que no impedirán que se cumplan los plazos previstos. Dicho de otro modo, que el bloque es consciente de la necesidad y de las prisas de la antigua región soviética, pero, como puntualiza una fuente a la BBC, «los atajos no son posibles».
Aún así, el Parlamento europeo pisó el acelerador y pudió en una resolución a la UE que trabaje ya, «en pro del inicio de las negociaciones de adhesión» y establezca «una hoja de ruta en la que se describan los próximos pasos para permitir la adhesión de Ucrania al mercado único».
Zelenski lucha contra las ansias expansionistas de Putin y contra el tiempo. Los minutos y las horas juegan en su contra, pero el hombre que se ha convertido en héroe para la mayoría de los ucranianos y buena parte del mundo tiene difícil llegar a la meta de Bruselas antes de que se produzca el disparo de salida de una carrera que está en fase previa.
Ucrania logró en junio ser aceptada como país candidato en lista de espera a formar parte del bloque. Desde entonces, el presidente se puso manos a la obra para cumplir con las exigencias de la UE para ser uno más del grupo. Entre estas, destaca la separación de poderes y cumplir con los estándares establecidos de corrupción, condiciones que, en rigor, no cumple y menos en guerra.
El pasado miércoles, esa clase social propia que forman los oligarcas ucranianos también sufrió un duro golpe. Ihor Kolomoisky, posiblemente el hombre que mejor representa esa estirpe y el que tiene las cuentas corrientes más abultadas, fue víctima junto con un grupo de su círculo de negocios y amistades, de una redada por sorpresa.
Aun así, Zelenski, que se pone de plazo dos años según el primer ministro Denys Shmyhal, intenta dar pasos de gigante para cambiar la imagen y poder ofrecer resultados y pruebas de su esfuerzo.
Todos los gestos son pocos para lograr torcer la voluntad de algunos miembros de la UE que insisten en que, pese a la guerra (o por l aguerra), Ucrania debe recorrer el mismo camino que hicieron los 27.
Eso significa tiempo, no menos de dos años, modificaciones legislativas para evitar el blanqueo de capitales, terminar con la corrupción estructural y soltar lastre del poder de los oligarcas.
Alemania, Italia, Francia y los Países Bajos no dejan de recordarlo. Exactamente lo contrario de lo que hace Polonia, firme defensora de acelerar su ingreso y tentación eterna de Putin.
Sin excepción para Ucrania
Zelenski no logra una excepción a la regla de ingreso en la UE pero, incansable al desaliento, insiste en trabajar para lograrlo y saca ventajas determinantes para afrontar esta guerra que va camino de cumplir un año.
El alto mando de la UE que trabaja a estas hora con el presidente de Ucrania y sus ministros lo forman, además de la presidenta de la Comisión, Josep Borrell como cabeza de la Diplomacia, dos vicepresidentes ejecutivos, Margrethe Vestager (Competencia y Digital) y Valdis Dombrovski (Economía y Comercio).
El resto de la delegación la completan nueve comisarios. Nicolas Schmit (Empleo y Derechos Sociales), Paolo Gentiloni (Economía), Janusz Wojciechowski (Agricultura), Didier Reynders (Justicia), Ylva Johansson (Interior), Janez Lenarčič (Gestión de Crisis), Olivér Várhelyi (Vecindad y Ampliación), Virginijus Sinkevičius (Medio Ambiente) y Mairead McGuinness (Servicios Financieros). Charles Michel se incorporó a primera hora..
La Cumbre tiene dos vertientes. Por un lado, le envía un mensaje a Vladimir Putin: el apoyo de la UE es sólido y seguro a Ucrania. Por otro, incluirá el anuncio de nuevas entregas de partida de dinero para limpiar el terreno de minas antipersonas (unos 25 millones de euros) y doblar hasta 30.000 el número de soldados a entrenar y adiestra en el manejo de los carros de combate y sobre el terreno de combate.