El ministerio de Defensa británico ha cifrado en entre 40.000 y 60.000 los soldados rusos muertos en Ucrania desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022.
La cifra incluye tano los muertos entre las tropas regulares rusas y los mercenarios del Grupo Wagner, que el Kremlin no contabiliza como bajas propias.
Si a esas cidras se le suman los heridos sin capacidad de volver al combate, la cifra de bajas rusas en el primer año de guerra se situaría, según las fuentes de inteligencia militar británicas, en alrededor de 200.000 bajas.
El dato coincide con los números facilitados por el ministerio de Defensa ucraniano que, en su última actualización, señala que las fuerzas rusas han sufrido 140.460 bajas desde el inicio de la guerra, una cifra que, aunque Kiev no lo aclara, debe interpretarse como la suma de muertos y heridos sin posibilidad de combatir.
El informe del ministerio británico de Defensa señala que «la tasa de bajas rusas ha aumentado significativamente desde septiembre de 2022, cuando se impuso la movilización parcial».
Otro dato proporcionado por el informe militar británico llama la atención sobre la alta proporción de muertos frente a los heridos entre las fuerzas rusas. «Es casi seguro que esto se deba a la provisión médica extremadamente rudimentaria en gran parte de la fuerza».
También señala que la mayor parte de las bajas entre las tropas rusas se debe a la acción de la artillería ucraniana.
En cuanto al Grupo Wagner, destaca la enorme mortandad entre los reclutados en las prisiones rusas, cuyas bajas representaría el 50 % de los reclutados, una cifra, por otro lado, sensiblemente inferior a la facilitada por Kiev, que sitúa en el 80 % las bajas entre los presos rusos reclutados por Wagner.
Estas cifras ilustran las dimensiones catastróficas de la guerra en Ucrania: en un año, Rusia ha sufrido cerca de 200.000 bajas. En los diez años que duró la guerra de Afganistán de 1978-1992, la Unión Soviética sufrió cerca de 15.000 muertos y cerca de 55.000 heridos.
Un conflicto más reciente, los 20 años de guerra de Estados Unidos (2001-2021) contra los talibanes de Afganistán, las tropas estadounidenses sufrieron menos de 5.000 muertes.