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03 de mayo de 2024

Las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos evacuan un cuerpo de una casa en la aldea de montaña de Tafeghaghte

Las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos evacuan un cuerpo de una casa en la aldea de montaña de TafeghaghteAFP

Terremoto en Marruecos  La reacción de Argelia al trágico terremoto, el vecino molesto con Marruecos

Una ola de solidaridad ha sacudido el mundo, que se ha volcado con el reino alauí, Argel también se ha mostrado dispuesto a ayudar al país vecino ante la terrible tragedia

banderas a media asta, Marruecos se encuentra oficialmente de luto. La noche del viernes pasará a la historia del país magrebí por ser una jornada negra. La vida de miles de marroquíes dieron un giro de 180º cuando, pasadas las once de la noche, el suelo empezó a temblar. Un terremoto de 7 grados en la escala Ritcher ha provocado la pérdida de miles de vidas, secuelas psicológicas y daños materiales, por ahora, incalculables.
Una ola de solidaridad ha sacudido el mundo, que se ha volcado con Marruecos. Las muestras de apoyo y ayuda se sucedían en cascada desde primera hora del sábado. Ante una tragedia de estas dimensiones, las diferencias entre países se olvidan. Argelia, enemigo y rival regional del reino alauí, hizo lo propio. Argel anunció la apertura de su espacio aéreo –cerrado desde hace dos años– para facilitar la llegada de ayuda humanitaria a Marruecos.
De todas las naciones, la reacción de Argelia a la catástrofe se esperaba como agua en el desierto. Argel y Rabat cortaron de manera tajante relaciones diplomáticos en agosto de 2021, por la crisis desatada por el Sáhara Occidental. El entonces ministro de Exteriores argelino, Ramtane Lamamra, acusó al país vecino de llevar a cabo «actos hostiles».
Desde hace más de dos años, la relación entre ambos países se encuentra herida de muerte. Como una montaña rusa, los picos de hostilidad se repiten de manera sucesiva, temiendo que, en cualquier momento, se desate un enfrentamiento directo entre las dos potencias del Magreb. El último tuvo lugar hace apenas una semana, cuando dos guardacostas argelinos mataron a dos franco-marroquíes, que habían cruzado la frontera marítima.
Sin embargo, el régimen de Abdelmadjid Tebboune ha dejado de lado sus diferencias con el país vecino y, como el resto del planeta, ha mostrado su apoyo y pésame a Marruecos por el trágico suceso. En un breve escrito, Argelia declaraba «su más profundas condolencias y su más sincera solidaridad con las familias de las víctimas con el pueblo hermano marroquí, con el deseo de que los heridos se recuperen pronto».
Asimismo, el país argelino aseguraba su «completa disposición a enviar ayuda humanitaria y desplegar todas sus capacidades humanas y materiales en solidaridad con el pueblo marroquí en caso de que así lo solicite». Ante la desgracia, se abre una pequeña ventana de oportunidad para que dos rivales históricos intenten, de nuevo, entenderse. Marruecos, antes del trágico terremoto, disfrutaba de una excepcional racha diplomática.
Pleno apoyo de Estados Unidos, reconocimiento de la soberanía del Sáhara Occidental por parte del presidente Pedro Sánchez y, recientemente, Israel. Sin dejar de mencionar el exponencial crecimiento de las fuerzas armadas y Ejército marroquí, con tecnología tanto israelí como estadounidense. Marruecos estaba viviendo su mejor momento en la esfera de influencia internacional. Sin embargo, es con Argelia, su vecino, con quien no termina de entenderse, principalmente, por el conflicto del Sáhara Occidental.
La tragedia en Marruecos se ha convertido en una oportunidad inesperada para ambos países. Por ahora, Rabat no ha pedido formalmente la ayuda de su vecino Argel, mientras que sí lo ha hecho a España, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y Qatar. El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, confirmó ayer que el reino alauí ha solicitado oficialmente ayuda humanitaria a España, que enviará equipos de salvamento y rescate. En cuanto a la relación con Argelia, la pelota está ahora en el tejado de Marruecos.
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