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15 de mayo de 2024

Una fotografía tomada desde la frontera israelí con Gaza muestra un convoy de vehículos blindados israelíes

Una fotografía tomada desde la frontera israelí con Gaza muestra un convoy de vehículos blindados israelíesAFP

Israel anuncia el fin de la «fase intensiva» de la guerra en Gaza aunque mantiene intensos combates en el sur

A lo largo de la noche del lunes, la aviación israelí ha vuelto a bombardear varias zonas del enclave, lo que ha provocado 64 muertos y numerosos heridos

Tras más de cien días de guerra en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás, donde el único lenguaje que se utilizado ha sido el de las bombas, la muerte y la desesperación, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha anunciado que la «fase intensiva» de la ofensiva terrestre en el norte ha terminado y que también «terminará pronto» en la zona de Jan Yunis, en el sur, donde se cree que se esconden los principales líderes de la organización islamista palestina.
Los tiempos siguen sin concretarse, mientras que los muertos en el enclave palestino siguen creciendo día tras día. Estos tres meses de guerra han acabado con la vida de más de 24.000 gazatíes, según datos del Ministerio de Salud del enclave, gobernado por Hamás. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan atacando la estructura militar de Hamás en el norte de la Franja de Gaza, donde aseguran que ya mantienen el control.
El Ejército israelí anunció, ayer, que retiraba a la 36 º División, una de las cuatro desplegadas en Gaza, ante una reducción de la intensidad de los combates en la zona norte del enclave. El pasado mes de diciembre, Israel ya adelantó la retirada de efectivos militares como preámbulo al inicio de la «tercera fase» de operaciones, que incluye asegurar una zona de contención en el norte de la Franja, así como incursiones selectivas contra objetivos concretos.
Gallant recordó que, desde el inicio de la guerra en octubre, ha defendido que «la etapa intensiva de las operaciones duraría aproximadamente tres meses». «En el norte de Gaza, esta fase llega a su fin. En el sur, vamos a conseguirlo y esto terminará pronto», aseveró el ministro de Defensa israelí. El Estado judío mantiene la presión sobre Jan Yunis, ciudad situada al suroeste de la Franja de Gaza, bastión de Hamás. Aquí, Israel cree que se encuentran, escondidos bajo tierra, Yahya Sinwar y Mohamed Deif, responsables del ala política y militar del movimiento islamista en la Franja respectivamente.
A lo largo de la noche del lunes, la aviación israelí ha vuelto a bombardear varias zonas de Gaza, con especial incidencia en Jan Yunis, lo que ha provocado 64 muertos y numerosos heridos, según ha informado la agencia de noticias palestina WAFA. Hamás ha contestado a estos ataques con un aluvión de cohetes, más de 50, desde la Franja contra la ciudad israelí de Netivot, sin que se hayan reportado heridos. Según ha explicado el ministro de Defensa de Israel, su país «adapta» las operaciones militares «en función de la realidad sobre el terreno». Mientras que, en palabras de Gallant, en el norte de Gaza «todos los entramados de batallones [de Hamás] han sido desmantelados. Ahora estamos trabajando para eliminar los focos de resistencia. Lo lograremos mediante incursiones, ataques aéreos, operaciones especiales y actividades adicionales».
En el centro de la Franja, el Ejército israelí se centra en acabar con «la industria militar de Hamás y sus centros de producción», mientras que, en el sur, las FDI «están centradas en la cabeza de la serpiente, los dirigentes de Hamás», explicó el ministro de Defensa israelí, que volvió a asegurar que «al final de la guerra, no habrá ninguna amenaza militar procedente de Gaza». «Hamás no podrá controlar ni funcionar como fuerza militar en la Franja de Gaza, y las FDI tendrán plena libertad de acción para hacer lo que sea necesario para defender a los ciudadanos de Israel. Puede que lleve mucho tiempo, pero acabará con un único escenario, la victoria total», afirmó de manera contundente.
Israel sostiene que la presión militar es la única forma de traer de vuelta a los 136 rehenes israelíes que se cree que Hamás mantiene aún cautivos en el enclave, aunque se desconoce cuántos podrían haber fallecido. «Llegaremos hasta [todos los rehenes] y derrotaremos a Hamás», afirmó Gallant. Unas declaraciones que coinciden con la publicación de un vídeo, de tan solo 37 segundos, por parte del brazo armado de la milicia islamista, las Brigadas Al-Qassam, donde aparecían tres rehenes, seguidos de una advertencia: «Mañana os informaremos de su destino».
Horas después, agónicas para los familiares, una nueva grabación revelaba que dos de los cautivos estarían muertos. Hamás anunciaba así que Yossi Sharabi, de 53 años, e Itay Svirsky, de 38, habrían muerto en cautiverio. En el vídeo es otra rehén, Noa Argamani, de 26 años, quien se ve obligada a confesar cómo murieron sus compañeros de cautiverio. Israel no se ha pronunciado aún sobre la veracidad de estas informaciones. «Me ubicaron en un edificio. Fue bombardeado por un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel, por un avión de combate F-16. Se dispararon tres cohetes. Dos de los cohetes explotaron y el otro no», relata Argamani.
Los familiares de los rehenes mantienen su pulso al Gobierno de Benjamin Netanyahu para que llegue a un nuevo acuerdo de alto el fuego con Hamás, similar al del pasado mes de noviembre, que facilite la liberación de los cautivos. Sin embargo, Israel volvió a rechazar la enésima propuesta para conseguir un cese de hostilidades en Gaza, que planteaba la deportación de los líderes de Hamás. El miedo a que la guerra en la Franja se extienda es también cada vez mayor.
El lunes, una mujer murió y otras 19 personas resultaron heridas en un atropello múltiple, en la ciudad de Raanana, al norte de Tel Aviv, perpetrado por dos palestinos y que Israel ha tachado de «atentado terrorista». A miles de kilómetros de distancia, en Yemen, los rebeldes hutíes mantienen su pulso y volvieron a atacar un carguero estadounidense. El portavoz de los hutíes, Yahya Sarea, advirtió de que la agresión se trata de una «respuesta inevitable», tras los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido del pasado viernes contra posiciones de los insurgentes.
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