
Un cartel promocional de la AfD, con los candidatos Alice Weidel y Tino Chrupalla
La estrategia de Rusia para influir en la campaña electoral alemana y socavar el apoyo a Ucrania
El precedente no está lejano en el tiempo. El pasado mes de diciembre, en las elecciones presidenciales de Rumanía, el candidato ultranacionalista y contrario al apoyo a Ucrania, Calin Georgescu, con pocas expectativas en las encuestas previas, venció contra todo pronóstico en la primera vuelta logrando el 23 % de los votos. Días después, a las puertas de la segunda vuelta electoral, el Tribunal Constitucional de Rumanía anuló los resultados, alegando casos de injerencia rusa y manipulación mediante redes sociales, ciberataques y financiación extranjera.
Ahora, más de un mes después de esto y a escasas semanas de las elecciones federales en Alemania, las acusaciones de injerencia se ciernen sobre el país teutón. Un informe publicado por CeMAS, un think-thank alemán, revela una supuesta campaña de desinformación rusa diseñada para impulsar al partido Alternativa para Alemania (AfD) y socavar a los partidos tradicionales, debilitando el apoyo a Ucrania.
Los detalles del informe muestran cómo, supuestamente, al igual que ocurrió en Rumanía, se han detectado cientos de publicaciones en la red social X durante el último mes. Además, estas publicaciones buscan culpar e influir negativamente sobre el canciller Olaf Scholz por su apoyo a Ucrania y culpan al partido de Los Verdes por los problemas económicos de Alemania. Según este informe, estas publicaciones habrían alcanzado más de 2,8 millones de visualizaciones en el último mes.
Rusia y su estrategia de influencia
La campaña Doppelganger, que es como se conoce a los patrones de desinformación utilizados en redes sociales, es una estrategia que ya ha sido denunciada por Estados Unidos, Alemania y Francia, que creen que se trata de un esfuerzo de Rusia para romper la unidad occidental en torno a Ucrania y que los de Volodimir Zelenski pierdan respaldo en la guerra.

El presidente ruso, Vladimir Putin, junto al canciller alemás, Olaf Scholz
En un informe publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán en junio se describió cómo esta operación utiliza agencias de marketing rusas para orquestar una red de manipulación informativa. Moscú, por su parte, ha negado en todo momento estas implicaciones.
Además de la injerencia rusa, las críticas de interferencia a favor de la AfD también apuntan a Elon Musk —que ya jugó un papel fundamental en el regreso de Trump a la Casa Blanca—. El propio Musk entrevistó a Alice Weidel, líder de la AfD, el pasado 9 de enero, en una intervención donde la alemana agradeció «que se le diera un espacio para expresar sus ideas».
Más que una entrevista, Musk utilizó su red social para tener una charla distendida con Weidel, preguntándose ambos mutuamente y con el sudafricano confirmando su preferencia por la AfD, instando a los oyentes a votar por ellos. Este respaldo público de Musk ha añadido combustible al auge del partido en redes sociales.
La respuesta alemana
Ante estos supuestos intentos de impulsar desde la sombra a la AfD —ahora mismo, a un mes de ir a las urnas, son la segunda fuerza política con un 21 % de expectativa de votos, por detrás del 29 % de los conservadores—, la Agencia Federal de Inteligencia Alemana (BfV) ha establecido una unidad especial para prevenir posibles intentos de interferencia extranjera en las elecciones. La agencia destacó un aumento significativo en el «comportamiento agresivo» de Moscú hacia Alemania y sus aliados, particularmente aquellos que apoyan a Ucrania.
Como segundo mayor apoyo financiero y militar de Ucrania, Alemania ha sido un objetivo prioritario de la estrategia rusa para desestabilizar a Europa. Y la política exterior, con este conflicto como tema más candente, ha sido un asunto esencial en la campaña electoral alemana. Olaf Scholz, en su etapa como canciller, apostó por una postura de apoyo firme, pero limitado, a Kiev.
Paralelamente, Friedrich Merz, candidato de la CDU/CSU y favorito para liderar el próximo gobierno, ha reforzado su postura de apoyo firme a Ucrania y al fortalecimiento de la defensa europea.

Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, y al fondo el canciller Olaf Scholz
En un discurso reciente, Merz subrayó que «Ucrania debe ganar la guerra», destacando que una victoria rusa sería un golpe no solo para el país invadido, sino para toda la arquitectura de seguridad occidental. Además, delineó tres prioridades clave para Alemania: aumentar su capacidad militar, fortalecer la industria de defensa europea y garantizar una paz duradera basada en la libertad e integridad territorial de Ucrania.
Merz también vinculó la guerra en Ucrania con una lucha más amplia entre democracias liberales y autocracias, advirtiendo sobre el peligro de un ataque convencional ruso contra la OTAN en los próximos años. En este contexto, su partido mantiene una postura clara de rechazo a posibles alianzas con la AfD, insistiendo en la necesidad de un gobierno que refuerce la estabilidad democrática y la cooperación internacional.
Con los conservadores liderando las encuestas (28 % de intención de voto) y un escenario fragmentado que requerirá coaliciones para formar gobierno, las elecciones en Alemania prometen ser decisivas tanto para el rumbo del país como para la unidad de Europa frente a desafíos externos. Mientras el apoyo a Ucrania sigue siendo un tema clave, las tensiones internas y las acusaciones de injerencia rusa añaden complejidad a una campaña marcada por la incertidumbre.