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Congolese refugees fleeing ongoing clashes in eastern Democratic Republic of Congo carry their belongings as they arrive at the Rugerero transit camp in Gisenyi on January 28, 2025. An estimated 1,200 Congolese refugees have been officially received by Rwanda, an official told AFP on January 28, 2025, as armed forces entered the city of Goma just across the border. (Photo by Tony KARUMBA / AFP)

Éxodo de congoleños en la frontera con Ruanda para huir de los ataques de slo grupos armados y del M23AFP

Claves para entender la guerra del Congo y el papel de Ruanda

El objetivo de grupos armados como el M23 es hacerse con las minas de metales preciosos de la región y en especial, con aquellos como el coltán, necesarios para la fabricación de material tecnológico

Los dos últimos meses están siendo un infierno en la República Democrática del Congo. La ofensiva del grupo armado M23 ha llegado hasta Goma, la ciudad más grande del este. El «pánico masivo», como describe la ONU la situación, ha provocado la estampida de buena parte de sus dos millones de habitantes.

El Gobierno entiende este último ataque como una declaración de guerra de la que participa Ruanda como principal beneficiario y padrino del M23. Sin tregua, una población empobrecida, explotada y maltratada, sobrevive en el Congo sobre una mina infinita de piedras y metales preciosos. El coltán y los diamantes son los más preciados en los tiempos que corren y su codicia la causa de esta violencia y masacres en un país que parece no tener derecho a la paz.

La última ofensiva

Los ataques del M23 de estas semanas han doblegado a las Fuerzas Amadas que se han visto obligadas a replegarse en la provincia Nord-Kivu provocando el desplazamiento de un millón de personas. Con unos dos millones de habitantes, la ciudad de Goma está, por segunda vez, en manos de los rebeldes. En 2012 estuvo durante 11 días bajo control del M23 que cometió todo tipo de atrocidades

El origen

En el genocidio en Ruanda de 1994 se encuentra, en teoría, el origen de este conflicto. El país tiene una historia trágica con dos guerras sangrientas en 1996 y 2003 donde unos cinco millones de congoleños perdieron la vida como consecuencia de los enfrentamientos armados y de la hambruna. Tras décadas de enfrentamientos con un Ejército regular vulnerable a principios de este mes de enero se recrudecieron los enfrentamientos.

El objetivo real

El M23 y las decenas de grupos armados que operan en el Congo tienen argumentos ideológicos y de poder para justificar un accionar violento donde las masacres, mutilaciones y torturas parecen no tener límite. Pero la realidad es que el objetivo de todos es hacerse con las minas de metales preciosos de la región y con especial interés en aquellos necesarios para la fabricación de material tecnológico. Para extraer el coltán, del que se obtienen el tugsteno o el estaño, en las minas la ONU advierte de una brutal explotación infantil. Los mismo abusos se dan en las de diamantes. La comercialización de todos los metales y piedras preciosas suele tener salida por Ruanda.

El M23 y los tutsis

Grupo rebelde integrado por milicias tutsis debe su nombre al 23 de marzo de 2012, fecha de un fallido acuerdo con el Ejército del Congo. La explicación oficial de su actividad es vengar el genocidio de un millón de tutsis, que son minoría, a manos de la etnia de los hutus. Su misión no reconocida es es hacerse con el control de las minas de coltán. Venezuela es otro de los países ricos en minas de este material.

El papel de Ruanda

La ONU y el Ejército de la República Democrática del Congo acusan a Ruanda de estar detrás del M23. El país lo niega pero los informes de Naciones Unidas aseguran que tiene desplazados miles de soldados en la zona y es el destino de los minerales explotados en las minas de coltán, diamantes y otros piedras y metales. Según estos informes, Rubaya, donde se encuentra la mina más grande de coltan de la región ya está en poder del M23 que habría logrado extraer unas 150 toneladas de coltán para su explotación.

Situación humanitaria

La población civil es la gran víctima de esta codicia por el coltán y los diamantes. Los muertos se suceden y en la batalla caen cascos azules. Los últimos ataques se han cobrado la vida de 13 soldados de Sudáfrica, Malawi y Uruguay. La ONU registra este mes de enero 400.000 desplazados. Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se ocupó de atender a 600 heridos, la mitad civiles. Los recursos son limitados y los traslados llegan a hacerse en condiciones penosas y peligrosas. Unicef a su vez advierte que se utiliza a unos 40.000 niñas y niños en las minas.

Qué dice la ONU

El Consejo de Seguridad de la ONU habla de «desprecio descarado» a la integridad territorial y soberanía de la República del Congo y, sin nombrarlo expresamente, se dirige a Ruanda para que retire las tropas que no reconoce tener desplazadas. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres ,exigió «a las Fuerzas de Defensa de Ruanda que dejen de apoyar al M23 y se retiren» del Congo.

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