





La megacárcel de Bukele que cambió la guerra contra las pandillas cumple dos años
Hace dos años, Nayib Bukele, presidente de El Salvador, revolucionó el control del mundo del terrorismo y las bandas armadas cuando inauguró en su país el conocido como Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), que en el imaginario popular ha trascendido como la cárcel más grande de América. Entre sus gigantescos muros hay capacidad para 40.000 personas, que ven su día a día pasar entre los remordimientos de lo hecho en el pasado y la espera a un juicio que les libere en el futuro.

El germen de este proyecto ambicioso e inabarcable empezó cuando la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó el proyecto de ley y su correspondiente presupuesto en el año 2022. Tan solo siete meses después de aquella histórica votación, el complejo penitenciario ya estaba construido y preparado para albergar en su interior a los criminales que estaban aterrorizando las calles salvadoreñas.

Ubicada en Tecoluca, un distrito situado a 70 kilómetros de la capital del país, San Salvador, el CECOT es la prisión de máxima seguridad de todo el continente americano. Según datos oficiales, a finales de 2024 albergaba más de 20.000 reclusos, casi la mitad de su capacidad total.
Compuesta en su interior por 19 torres de vigilancia, tiene una extensión de 116 hectáreas, con muros perimetrales de 2,1 kilómetros de largo, cercas electrificadas con 15.000 voltios y un contingente compuesto por 600 militares y 250 policías.


En su segundo mandato, el presidente Nayib Bukele defiende su política de seguridad, con esta cárcel siendo la joya de la corona, como un modelo exitoso. Asegura que gracias a esta se ha reducido la violencia en el país, se ha debilitado la estructura de las pandillas que atemorizaban a la población y se ha pasado de ser un país conocido por la violencia y el caos ciudadano a uno de los más seguros de América. Además, afirma que en el interior del centro penitenciario no se han registrado homicidios ni agresiones graves entre los reclusos.

«La guerra contra las pandillas sigue dando resultados históricos. El Salvador es hoy un país seguro porque eliminamos el problema de raíz», afirmó recientemente el presidente en un discurso con motivo del segundo aniversario del CECOT.

El modelo también ha enfrentado críticas procedentes de organizaciones de derechos humanos que denuncian abusos en el interior del centro, alertan sobre detenciones arbitrarias y avisan sobre las condiciones extremas de reclusión en las que se encuentran los presos. Sin embargo, lo que no se puede negar es que la reducción de homicidios y delitos ha aumentado exponencialmente desde que esta medida entró en vigor y El Salvador es ahora un país más seguro de lo que era dos años atrás.

A largo plazo, el objetivo de Bukele consiste en la reinserción en la sociedad de todos los detenidos y, principalmente, la implementación de políticas complementarias que ayuden a cortar el problema de raíz. El éxito sería no detener a todos los delincuentes, sino no tener delincuentes a los que detener.
Lo que es innegable es que la cárcel más grande de América ha marcado un antes y un después en la historia de El Salvador, consolidando el poder y la estrategia de seguridad del presidente más popular de la región.

Especial realizado por:
Redacción: Hugo Marugán. Diseño: David Díaz.