
Ohad Ben Ami al ser liberado por Hamás
Los rehenes liberados piden, bajo coacción de Hamás, que Israel no detenga el alto el fuego
Los rehenes pronunciaron estas palabras, con gesto serio, antes de ser entregados a personal de la Cruz Roja
Los tres rehenes israelíes que este sábado fueron liberados por Hamás en el centro de la Franja de Gaza, como parte del quinto intercambio por presos palestinos, han pedido al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que no detenga el alto el fuego y haga lo posible para que los canjes continúen.
«Pido al Gobierno israelí que siga por la vía de las negociaciones, le pido que cumpla la segunda fase del acuerdo», dijo en hebrero desde un escenario rodeado de milicianos palestinos un visiblemente demacrado Ohad Ben Ami, de 56 años, mucho más delgado y envejecido tras más de un año de cautiverio, según se pudo comprobar en una retransmisión de la televisión qatarí Al Jazeera.
«Digo a las familias de los rehenes que sigan (luchando) hasta conseguir que se cumpla todo el acuerdo para el retorno a casa de todos los rehenes. Esta es la única vía para la vuelta de todos», añadió Ami respondiendo a una pregunta de un responsable de Hamás, en un mensaje que podría haber sido pactado con el grupo islamista.
Por su parte, Eli Sharabi —de 52 años y apenas irreconocible en comparación con la foto divulgada por el Foro de Familias— urgió al Gobierno israelí a implementar el acuerdo hasta su tercera fase y «poner fin a esta guerra».
Sharabi perdió a sus dos hijas de 13 y 16 años y a su mujer, Lianne, asesinadas en el ataque de Hamás contra el kibutz de Beeri el 7 de octubre de 2023, y no está claro si el exrehén es o no consciente de ello.

Eli Sharabi al ser liberado por Hamás
El tercer rehén dio gracias como los dos anteriores al brazo armado de Hamás, las Brigadas al Qasam, por haber tenido comida y agua durante estos 16 meses de cautiverio e insistió en que el pacto continúe.
«Quiero que sigan las negociaciones y que se ponga fin a la guerra», repitió Or Levy, de 34 años y tomado a la fuerza en el festival Nova, donde su esposa Einav fue asesinada dejando a su hijo Almog, que ahora tiene tres años, al cuidado de otros familiares.
Los rehenes pronunciaron estas palabras, con gesto serio, antes de ser entregados a personal de la Cruz Roja, que los introdujeron en vehículos de esta organización rumbo a territorio israelí.