Así ha quedado el reactor de la central nuclear de Chernóbil tras el ataque de un dron ruso

Hace 49 años que en Chernóbil se produjo uno de los peores accidentes nucleares de la historia cuando el reactor 4 de la central sufrió un sobrecalentamiento que desembocó en una serie de explosiones y el posterior incendio. Este viernes, ese mismo reactor, tapado tras el accidente con una cubierta para evitar fugas de materiales radioactivos, ha vuelto a estar en el foco tras el ataque de un dron ruso.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski informaba sobre el ataque y aseguraba que se trataba de un artefacto «con una ojiva de gran potencia explosiva». En las imágenes de los daños que ha producido sobre el sarcófago que protege el reactor se ve un agujero de un tamaño considerable si se compara con los trabajadores que acudieron al lugar del accidente a controlar el incendio.

Esta cubierta, –Nuevo Sarcófago de Seguridad de Chernóbil, o NSC (por sus siglas en inglés, de New Safe Confinement)–que costó alrededor de 2.100 millones de euros, es la prueba del peligro que todavía supone la central nuclear a pesar de no estar activa, ya que los residuos nucleares se encuentran activos. Se instaló entre 2011 y 2019 y se espera que tenga una vida de 100 años aguantando todos los efectos de la naturaleza, aunque no se contemplaban, como es lógico, ataques de dron.

Tras el ataque, las autoridades ucranianas declararon que se había extinguido un incendio y que se estaban controlando los niveles de radiación en el lugar. Zelenski ha declarado que Rusia es «una amenaza terrorista para el mundo entero» y ha denunciado que el Ejército ruso «lleva a cabo este tipo de ataques contra la infraestructura y las ciudades de Ucrania» cada noche. «Esto significa que, definitivamente, Putin no se prepara para negociar, se prepara para seguir engañando al mundo», añadió el presidente ucraniano.