
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Shalman
Empiezan las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos en Arabia Saudí con la mirada puesta en un nuevo orden mundial
Con los líderes europeos empantanados en una reunión informal para discutir una estrategia común respecto a la paz en Ucrania –el país que se está quedando en fuera de juego en su propio futuro–, Estados Unidos y Rusia, a miles de kilómetros de distancia, en Riad, capital de Arabia Saudí, se reúnen para reanudar, de una vez por todas, los canales de comunicación que se habían extinguido desde la invasión de Ucrania y durante la Administración de Joe Biden.
No estarán ni Donald Trump ni Vladimir Putin —por no estar, no estará ni Keith Kellogg, el enviado especial de Trump a la guerra en Ucrania—, pero el encuentro en tierras asiáticas promete ser esencial en el tablero internacional, uno que está en ebullición desde que el presidente estadounidense llamara al ruso la semana pasada para acelerar un proceso de paz en Ucrania.
Washington ha enviado a su secretario de Estado, Marco Rubio, quien llegó a Riad el lunes, acompañado posteriormente por el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff. Por su parte, Moscú cuenta con la presencia de dos experimentados negociadores: el canciller Serguéi Lavrov y el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, quienes partieron con rumbo a la capital saudí.
Desde Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quiso quitar hierro y presión a las negociaciones sobre un temprano alto el fuego, enfatizando que la prioridad del encuentro es «restablecer el conjunto de relaciones ruso-estadounidenses». Por su parte, Lavrov ha ninguneado cualquier implicación de Europa en las negociaciones sobre la paz.
La ausencia de Ucrania
Desde luego, lo más destacado de la reunión de este martes en Riad es la ausencia de Ucrania, parte clave en las negociaciones que ambas naciones mantendrán. Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, ha dejado claro que su país no reconoce ni reconocerá ningún acuerdo que determine su futuro sin su participación activa. Desde su sede en Oriente Medio —se encuentra en Emiratos Árabes Unidos—, el mandatario criticó la iniciativa y advirtió que cualquier resultado forjado «a espaldas» de Ucrania y Europa carecerá de legitimidad.
El trasfondo de la negociación se complica aún más cuando se consideran las demandas que Moscú ha colocado como condición para cualquier acuerdo sobre Ucrania. Entre ellas, se encuentran exigencias que resultan inaceptables para Kiev: la cesión de cuatro regiones del este y sur del territorio ucraniano, la anexión definitiva de la península de Crimea —ya incorporada a Rusia en 2014— y la renuncia de Ucrania a cualquier aspiración de integrarse a la OTAN.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov
Zelenski tiene previsto viajar también a Arabia Saudí en el marco de la gira que comenzó ayer en Emiratos Árabes Unidos, pero volvió a dejar claro que dicho viaje estaba planeado desde hace tiempo y no tiene nada que ver con las negociaciones con Rusia impulsadas por el presidente de EE.UU., Donald Trump. «Evidentemente, le preguntaré a Su Alteza Mohamed (Bin Salman, el príncipe heredero saudí) qué sabe sobre esto», declaró el mandatario.
Además, el ucraniano ha advertido de que una retirada de tropas occidentales llevaría a una situación similar a la de 2021 en Afganistán.
¿Por qué en Arabia Saudí?
La elección de Riad como escenario para esta reunión subraya la importancia geopolítica de Arabia Saudí en el panorama internacional actual. El reino saudí, con sus fuertes vínculos en Oriente Medio y su influencia en el sector energético, se ha convertido en un actor clave en la reconfiguración de las relaciones globales.
Allí, aunque el conflicto en Ucrania es, sin duda, uno de los temas candentes, la reunión de Riad se perfila como un foro multitemático. Además del tema ucraniano, se espera que la situación en Oriente Medio —especialmente en la Franja de Gaza— figure en la discusión, tema que ha ocupado ya parte de la agenda diplomática de la delegación estadounidense en la región. La visita de Rubio a Arabia Saudí incluyó, además, un encuentro con el príncipe heredero Mohammed bin Salman, lo que evidencia la intención de Washington de abordar múltiples crisis internacionales en un mismo escenario.
En declaraciones recientes, Lavrov subrayó la necesidad de retomar el diálogo «sobre todos los temas que, de una forma u otra, puede resolverse con la participación de Rusia y Estados Unidos». Este enfoque integral contrasta con la visión más restringida de la administración ucraniana, que demanda garantías de seguridad y una participación directa en cualquier negociación que defina el futuro del país.