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Montenegro, el primer ministro portugués que le da lecciones a Pedro Sánchez

Una moción de confianza por una sospecha de tráfico de influencias provocó la caída del Gobierno conservador de Portugal y la inminente convocatoria de elecciones anticipadas

Actualizada 04:30

LISBON (Portugal), 05/03/2025.- Portuguese Prime Minister Luis Montenegro speaks during the debate on the PCP's motion of censure on the XXIV Constitutional Government, at the Assembly of the Republic, in Lisbon, Portugal, 05 March 2025. Portugal's incumbent 24th government, led by Luis Montenegro, could be the second executive to fall after a vote of no confidence, following the fall of the first constitutional government in 1977, led by Socialist Mario Soares. (Lisboa) EFE/EPA/MANUEL DE ALMEIDA

Luis Montenegro durante su intervención en el ParlamentoEFE

Menos de un año le ha durado a Luís Filipe Montenegro el gobierno que se resiste a abandonar. La moción de confianza de ayer, en teoría, ha puesto fin a su experiencia en el Palacio de Sao Bento, aunque el sucesor de Antonio Costa se aferra al poder y amenaza con quedarse de okupa si el presidente no convoca, como anunció, elecciones. Y si lo hace, ya avisa que se volverá a presentar como candidato dispuesto a repetir alianzas.

Pocos apostaban por Luís Montenegro, como le conocen en el Parlamento y en su casa, cuando el 2 de abril del pasado año prestó juramento como primer ministro. El presidente del Partido Social Demócrata portugués (PSD), en su versión más conservadora, llegó al poder tras la salida por la puerta de atrás de Costa. Las sospechas de corrupción del socialista, que más tarde saldría limpio y sin cargo alguno, fueron suficientes para que el actual presidente del Consejo Europeo presentara su dimisión.

Montenegro consiguió lo que Pedro Sánchez todavía no logra: aprobar unos presupuestos

La sucesión fue una tarea compleja, pero Montenegro logró imponerse y formar un gobierno de coalición donde marginó, como había prometido, a Chega, el partido ultranacionalista de corte populista. Aún así y pese a estar en minoría, Montenegro consiguió lo que Pedro Sánchez todavía no logra: aprobar unos presupuestos.

De 52 años, el portugués pasó de mantener un equilibrio razonable en el gobierno a columpiarse en la cuerda floja por un asunto que en la España de hoy pasaría inadvertido: tener una empresa familiar con su mujer y sus hijos que ha suscrito contratos con firmas privadas, aunque ninguna del Estado. Por eso, se le atribuye un claro ejercicio de tráfico de influencias indirecto y a ojos de la democracia portuguesa, y de la que había antes de Sánchez en España, su primer ministro no debería seguir en el puesto ni un día más por corrupto.

Montenegro no está de acuerdo y promete dar pelea hasta el final. Dos mociones de censura (una del PS y otra de Chega) no lograron hacerle cambiar de opinión ni desbancarle del Ejecutivo, pero anoche cambió su suerte con la cuestión de confianza. El desafío ahora es, si cumple su palabra y Marcelo Rebelo de Sousa convoca elecciones, presentarse como candidato y conseguir un resultado favorable que le permita seguir gobernando.

Nacido en Oporto, este peculiar primer ministro pasó la mayor parte de su infancia en Espinho, un pueblecito de unos 10.000 habitantes a escasa distancia de su lugar de nacimiento. En el cuarto de siglo que lleva en el PSD, no había tenido nunca un tropiezo donde su honestidad estuviera en tela de juicio hasta ahora.

Trayectoria

Diputado durante 16 años, la prensa lusa le atribuye pertenecer a Mozart, una logia de la masonería. Hace apenas tres se impuso en las primarias del PSD con poco más del 72 % de los votos. La vida parecía sonreírle hasta que los medios de comunicación hicieron su trabajo y destaparon la existencia de Spinumviva, la empresa que hoy administran su mujer y sus dos hijos y que él fundó en enero de 2021, año en el que su actividad era, en exclusiva, la de ejercer la abogacía.

La empresa la creó, como recoge Efe, con un capital social de 6.000 euros. Su participación nominal era de 3.750 euros mientras su mujer y sus dos hijos se repartieron el resto de las acciones. Consciente de que esa actividad le iba a crear problemas cuando salió elegido en 2022 presidente, se desprendió de su participación que quedó en manos de su mujer. El problema es que el matrimonio está casado en régimen de gananciales y lo que es de uno es del otro así que la operación, a efectos, políticos no tenía ninguna validez.

A medida que la prensa iba desgranando el caso y el cerco de las mociones se estrechaba su mujer se deshacía de sus acciones. En agosto las cedió a sus hijos. Es decir, que a día de hoy y de ayer, Montenegro no tenía ni tiene, legalmente, nada en Spinumviva.

Aún así, ese escenario le ha costado el puesto a Montenegro, pero como la política es el arte de lo posible y el manual de resistencia de Sánchez ya es internacional, Montenegro se prepara para la campaña si las elecciones, como estaría previsto, se celebran en mayo.

Las últimas encuestas, le animan a seguir en la carrera por mantener el poder al pronosticar un empate técnico entre la coalición oficialista AD y el PS. Si no hay sorpresas, en mayo se verá si el primer ministro tiene futuro o sólo le quedará Mozart.

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