Sale a la luz la contrapropuesta de Ucrania para la paz donde se abre a negociar los territorios conquistados

Desde que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con abandonar las negociaciones por la paz en Ucrania si no había «avances significativos», las piezas del tablero se mueven con velocidad. Este mismo viernes, de hecho, está prevista una nueva reunión entre el enviado estadounidense a Oriente Medio, Steve Witkoff —pieza esencial en la negociación— y el presidente ruso, Vladimir Putin.

Hace escasos días, el periódico británico The Daily Telegraph ya informó del plan de Trump para lograr el ansiado alto el fuego, una propuesta de siete puntos que ponía contra las cuerdas a Ucrania pues incluía el reconocimiento de la soberanía en la ilegalmente anexionada península de Crimea y de casi toda la provincia de Lugansk, además de grandes partes de Donetsk, Jersón y Zaporiyia. Por si fuera poco, la propuesta estadounidense también ponía un veto a cualquier aspiración ucraniana de integrarse en la OTAN. Hoy mismo, en una entrevista con Time Magazine, Trump ha reiterado que Crimea se quedará en Rusia.

Pocos días después, mientras en el frente los combates se intensifican —hace escasas horas Rusia lanzó un gran bombardeo sobre Kiev—, el país presidido por Volodimir Zelenski ha contestado al presidente norteamericano con una contrapropuesta para la paz. Según avanza Reuters, esta nueva hoja de negociación incluye un alto el fuego permanente e incondicional por tierra, mar y aire, con una monotirización del mismo liderada por Estados Unidos y el apoyo de terceros países.

Además, esta nueva propuesta también contiene importantes garantías de seguridad para Ucrania, ninguna restricción para sus Fuerzas de Defensa ni para la presencia, armamento y operaciones de tropas de países amigos en el territorio ucraniano. Rusia también deberá devolver incondicionalmente a todos los niños deportados y desplazados ilegalmente, además de liberar a los prisioneros civiles e intercambiar a los prisioneros de guerra. Además, esta propuesta no cierra la puerta a un ingreso en la Unión Europea, pero sí, tal como quiere Estados Unidos, a una entrada en la OTAN.

Como se sabía, este acuerdo también contempla una cooperación económica entre Estados Unidos y Ucrania a través de su famoso acuerdo de minerales. Los de Zelenski también ponen sobre la mesa que las sanciones impuestas de Estados Unidos a Rusia, que serán objeto de una suavización gradual cuando haya una paz sostenible, se reanuden ante cualquier incumplimiento del acuerdo de paz.

Concesiones territoriales

En el ámbito del territorio, la propuesta ucraniana condiciona cualquier negociación a que se logre un alto el fuego completo, aunque avanza que las discusiones comenzarán sobre las bases de la línea de control en el frente y exige la recuperación de la central nuclear de Zaporiyia, la presa de Kajovka, la península de Kinburn y una libertad de paso en el río Dniéper.

Por último, Ucrania será, según su propuesta, totalmente reconstruida y compensada financieramente, incluyendo mediante los activos rusos congelados desde la invasión.

Una manera de responder, la ucraniana, a la propuesta de Estados Unidos que iba mucho más en la línea rusa. De hecho, la única concesión estadounidense, después de dar a Rusia el reconocimiento de iure de Crimea y de facto de Lugansk y diversas partes de Donetsk y Jersón era la recuperación de la central nuclear de Zaporiyia, aunque, cómo no, a través de una administración por parte de Estados Unidos.

Con esta respuesta, Ucrania parece admitir que tendrá que dar su brazo a torcer en varios asuntos, como su no entrada en la OTAN y la pérdida de territorio —el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, ha declarado que una solución puede ser ceder territorio—, pero, al igual que en el campo de batalla, tampoco pondrán fácil las cosas en las negociaciones. Aunque, como le dijo Trump a Zelenski en su fatídica visita a la Casa Blanca, Ucrania «no tiene las cartas».