
Trump junto a Gravin Newsom en una imagen de archivo
Quién es Gavin Newsom, gobernador de California, y cuál es el origen de su enemistad con Trump
El pasado mes de enero, antes incluso de ser investido como presidente de Estados Unidos en esta segunda etapa en la Casa Blanca, Donald Trump desató una guerra política con el gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, por los enormes y gravísimos incendios que por entonces asolaban a la ciudad de Los Ángeles.
En ese entonces, Trump acusó a Newsom de tener «una gran incompetencia y mala gestión», refiriéndose a él como Newscum, un juego de palabras con su nombre y la palabra scum (escoria). Esos incendios, de todas maneras, solo fueron una excusa para alimentar el fuego de una gran enemistad: la que mantiene el presidente republicano con el gobernador californiano, un político ampliamente conocido por sus políticas antitrumpistas, cuyo nombre ya sonó como candidato para sustituir a Joe Biden al frente de los demócratas cuando el expresidente retiró su candidatura el pasado verano y que ya se ha colocado en el punto de mira del Partido Republicano en numerosas ocasiones.
Newsom, nacido en San Francisco en el año 1967, en plena era de la contracultura, viajes lisérgicos y movimiento hippie, con una vida marcada desde siempre por la dislexia que le azota, se crió en colegios católicos de la ciudad californiana de donde es oriundo antes de marcharse a vivir la aventura europea, a Roma, limoncello y reinventarse, y estrechar su conexión con los jesuitas, tal fue su experiencia europea.
De vuelta a América, como pasado por una batidora, aprovechó la cartera y los contactos de sus padres para montar un imperio: 23 negocios repartidos entre bodegas, restaurantes, hoteles y tiendas de ropa. En el año 2002, su fortuna se estimaba en casi siete millones de dólares.
Un año después, contando con treinta y seis primaveras, fue elegido alcalde de San Francisco, puesto que desempeñó hasta el 2011. Entre 2010 y 2019 fue vicegobernador de California, antes de dar el salto a la máxima representación del estado. Recién llegado, sin preparación previa, la pandemia le azotó como un huracán, más propio de Oklahoma. Muchas personas le acusaron de actuar con demasiada cautela y no relajar las medidas de control, lo que llevó a los republicanos a impulsar un intento de destitución que alcanzó un 38 % de apoyos.

Protestas en Los Ángeles
De todos modos, en este ahora teñido de grises, las reprimendas también le llegan desde el bando demócrata, acusándole de contradecir su ideología verde duplicando los permisos de fracking y ser «muy amigable» con los republicanos que invita a su podcast personal, This is Newsom.
Newsom, se podría decir, encarna todas las políticas con las que quiere acabar Trump: defiende una reforma en la justicia penal, promueve el aborto y el matrimonio entre homosexuales y, en general, una retahíla de políticas progresistas a las que el presidente ha declarado la guerra. Pero, curiosamente, ambos están más unidos de lo que podría parecer.
El gobernador de California está casado con Jennifer Siebel, una documentalista con la que ha tenido cuatro hijos. Es su segundo matrimonio, pues antes estuvo con la abogada y comentarista política Kimberly Guilfoyle, con la que se separó en buenos términos, aunque de eso hace mucho. Actualmente, Kimberly trabaja para Fox News —el medio más afín a Trump— y, hace escasos meses, puso fin a una relación sentimental con... Donald Trump Jr.
Sea como fuere, todos estos actos ya habían dejado muy tensa la relación entre ambos. «Me cae bien Gavin Newsom; es buena persona, pero es tremendamente incompetente», decía esta semana Trump en Truth Social en el mismo post en el que amenazaba al gobernador con demandarle. Un paso, el de demandar, en este caso al presidente, que sí ha tomado Newsom en representación del estado de California, además de solicitar a la Justicia que bloquee la acción de los militares en las calles de Los Ángeles.
Si hace unos meses fueron los incendios los que amenazaron a la meca de Hollywood, ahora han sido las protestas contra las redadas migratorias las que han convertido a la ciudad en el epicentro de la actualidad americana. Trump, en un hecho sin precedentes en 60 años, ordenó el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 del Cuerpo de Marines sin consultar a Newsom, lo que causó un gran malestar en el gobernador. «No teníamos un problema hasta que Trump se involucró. Esta es una grave violación de la soberanía del Estado, inflamando tensiones mientras sacan recursos de donde realmente se necesitan», acusó en sus redes sociales. El Pentágono cifró este martes el coste del despliegue militar en Los Ángeles en 134 millones de dólares.

La situación es muy tensa en Los Ángeles
A partir de ahí, los reproches entre ambos mandatarios han sido constantes y progresivos, con el presidente amenazando con invocar la Ley de Insurrección, promulgada en el 1807, que da al presidente la facultad de desplegar al Ejército para reprimir episodios de desorden civil.
Curiosamente, este enfrentamiento directo con Trump puede provocar que Newsom gane enteros para liderar a los demócratas en su intento de recuperar la Casa Blanca. El partido se encuentra totalmente descabezado y perdido tras la candidatura fallida de Kamala Harris y la retirada prematura de Joe Biden, y podría encontrar en esta antítesis de Trump a su candidato ideal para recuperar el poder. Quizás, sin buscarlo, Trump ha terminado de lanzar a su mayor rival.