El presidente Donald Trump durante su comparecencia desde la Casa Blanca donde anunció los bombardeos a las plantas nucleares iraníes
El paradero de los 400 kilos de uranio enriquecido de Irán sigue siendo un misterio para Estados Unidos
Entre la verdad, la especulación y los indicios, Estados Unidos no termina de tener claro dónde están –o donde estaban– los 400 kilogramos de uranio enriquecido al 60 por ciento (con el 90 se fabrica una bomba atómica) que Irán dice conservar ocultos en un lugar no identificado.
Los bombardeos a tres instalaciones iraníes, en la madrugada del 22 de junio, han sido objeto de demasiadas lecturas. Por un lado, salieron los opositores al ataque que subestimaron los daños infligidos y por otro, hasta la CIA salió a romper una lanza en favor de la decisión de Donald Trump y aseguró que los daños han sido «muy graves».
El líder espiritual iraní Ali Jamenei, en paradero desconocido varios días, grabó un vídeo donde redujo la importancia de los ataques. Los calificó como «nada significativo» y acusó a la Casa Blanca: «exageró lo sucedido de una manera inusual».
Las coincidencias parecen estar exclusivamente en que el programa nuclear de Irán no podrá ejecutarse en los tiempos previstos por el régimen de los ayatolás. Pero Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), declaró que el país persa está en condiciones de reanudar su plan de enriquecimiento de uranio, para construir una bomba atómica, en cuestión de meses.
«Francamente hablando, no se puede afirmar que todo ha desaparecido y que no queda nada», confío a la cadena Univisión. Dicho esto, añadió que Teherán podría «en cuestión de meses» tener «unas cuantas centrifugadoras girando y produciendo uranio enriquecido.»
El destino del arsenal de uranio
El vicepresidente J. D. Vance afirmó esta semana, como recoge la BBC, que funcionarios estadounidenses insisten en hablar con Irán sobre el destino del arsenal sobre el que se pregunta medio mundo. Sin embargo, el jueves pasado, la administración Trump rechazó la idea de que Teherán hubiera podido trasladar su uranio enriquecido antes del ataque estadounidense.
El presidente de Estados Unidos sugirió que todo quedó destruido o enterrado por el bombardeo de la planta de Fordow, un auténtico búnker construido entre las rocosas montañas de la ciudad santa de Qom y al que sólo se puede acceder a través de seis túneles. «No se sacó nada de las instalaciones», publicó Trump en sus redes sociales.
En un breve discurso desde la Casa Blanca aseguró que las infraestructuras de Isfahán, Natanz y Fordow habían quedado «completa y totalmente borradas». Irán lo niega y defiende que solo han sufrido daños superficiales.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, declaró que los servicios de inteligencia estadounidenses vigilaron de cerca las plantas nucleares iraníes y concluyeron que «no ha habido ningún movimiento que haga pensar a los Estados Unidos que algo de ese uranio enriquecido se pudo trasladar antes del ataque».
El senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, afirmó que los emplazamientos bombardeados sufrieron graves daños, pero «el problema no ha terminado». A continuación añadió, «no se dónde se encuentran los 400 kilos de uranio enriquecido, pero no formaban parte del objetivo establecido durante varios años.»
Por otra parte, como recuerda la BBC, funcionarios del OIEA afirman que, dado que esa reserva de uranio enriquecido al 60 % era la posesión nacional más preciada de Irán, habría sido un insulto al sentido común dejarla toda en un solo lugar.
Por su parte, Grossi se mantiene firme en su opinión de que gran parte de ese combustible de grado casi explosivo sigue bajo control iraní. «No sé si lo trasladaron todo», declaró esta semana. «Pero la evidencia apunta a que trasladaron una gran cantidad».
Jim Himes, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, aseguró que la cuestión de la reserva era crítica.
«Desmantelar las plantas no significa nada si los iraníes trasladaron suficiente uranio al 60%, centrifugadoras y otras herramientas de armamento para construir una bomba en algún lugar posiblemente desconocido», escribió en su cuenta de X.
A renglón seguido, añadió: «Toda esta polémica sobre si las instalaciones nucleares iraníes fueron destruidas o no es completamente irrelevante. La única cuestión que importa es si el régimen iraní tiene el material necesario para construir una bomba y, de ser así, con qué rapidez... El régimen puede que sea vil, pero no es estúpido, y este material se puede reubicar con relativa facilidad.»
En este contexto, la pregunta sobre: ¿Dónde están los 400 kilogramos del uranio enriquecido? sigue sin respuesta.