
Mapa de las instalaciones nucleares y de misiles en Irán
Dentro del programa nuclear de Irán: de Natanz a Fordow, la joya de la corona de su poder atómico
Israel espera que la ofensiva contra las instalaciones nucleares iraníes, a la que también se ha sumado Estados Unidos, retrase los esfuerzos de la República Islámica por desarrollar armas
Israel lanzó el pasado 13 de junio un ataque sin precedentes contra su enemigo declarado en la región, Irán. La operación, bautizada como 'León Ascendente', tiene como objetivo diezmar las capacidades nucleares de la República Islámica hasta tal punto que no pueda dotarse del arma atómica. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró que, de no haber sido por estos últimos bombardeos, Teherán ya se habría hecho con la bomba nuclear. Unas afirmaciones que también ha respaldado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en la madrugada de este domingo anunció que su país había entrado en la guerra bombardeando el país persa.
El programa nuclear de la República Islámica está envuelto en un halo de misterio y secretismo. Teherán, bajo el régimen integrista de los ayatolás, siempre ha defendido que su plan atómico solo persigue fines civiles. Sin embargo, y sobre todo desde que, durante su primera Administración, Trump decidiera abandonar el pacto nuclear, Irán ha logrado enriquecer uranio al 60 %, muy cercano al 90 % necesario para obtener armas atómicas. Aun así, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) no ha podido determinar que el país persa esté cerca de conseguir una bomba nuclear. Pero, este junio, la entidad dependiente de Naciones Unidas aprobó, por primera vez en 20 años, una resolución contra Irán por incumplir sus obligaciones de no proliferación nuclear.
Desde el inicio del conflicto entre Israel y la República Islámica, hace ya más de una semana, los misiles del Ejército hebreo han logrado alcanzar instalaciones como las de Natanz, causando graves daños, Arak o Isfahán, así como la planta de enriquecimiento de combustible de uranio de Fordow. Sin ir más lejos, este sábado, la planta nuclear de Isfahán, situada en el centro de Irán, ha vuelto a ser objetivo de los ataques israelíes. Así, Trump, en un breve discurso desde la Casa Blanca este sábado, aseguró que las infraestructuras de Isfahán, Natanz y Fordow habían «completamente y totalmente borradas». Irán lo niega y defiende que solo han sufrido daños superficiales.
Isfahán
La planta nuclear de Isfahán, ubicada en el centro de Irán, fue construida con ayuda de China e inaugurada en 1984. Se trata del mayor complejo de investigación nuclear de la República Islámica y emplea a unos 3.000 científicos, según publica la organización Iniciativa de Amenaza Nuclear (NTI, por sus siglas en inglés) en su web. Se sospecha que Isfahán podría ser el núcleo del programa secreto iraní para dotarse de armas nucleares y, por ello, uno de los objetivos más castigados por los bombardeos israelíes. En sus instalaciones operan pequeños reactores de investigación suministrados por Pekín, así como una instalación de conversión, una planta de producción de combustible, una planta de revestimiento de circonio y otros laboratorios.Natanz
Natanz, ubicada también en la provincia de Isfahán, es la principal instalación de enriquecimiento de uranio de Irán y alberga tanto una planta comercial de enriquecimiento de combustible (FEP) como una planta piloto de enriquecimiento de combustible (PFEP). El complejo cuenta con tres edificios subterráneos, dos de los cuales están diseñados para albergar 50.000 centrifugadoras, y seis edificios en la superficie. Dos de los complejos construidos en el exterior–naves de 2.500 metros cuadrados– albergan centrifugadoras de gas.
Arak
La República Islámica dispone de un reactor de agua pesada en Arak, al suroeste de Teherán, donde potencialmente podría producir plutonio, un material que también podría emplearse en la fabricación de armas nucleares. Este viernes, el Ejército israelí lanzó un ataque contra Arak, dañando un reactor nuclear inactivo. Según explicó Israel, este bombardeo tenía por objetivo «impedir que el reactor sea restaurado y utilizado para desarrollar armas nucleares».
Bushehr
La central nuclear de Bushehr (BNPP), en el sur de Irán, cuenta con el primer reactor nuclear comercial del país persa. En 1994, Teherán y Moscú firmaron un acuerdo para construir el reactor de agua ligera VVER de 1000 MWe, y la construcción comenzó ese mismo año, según informa el NTI. El diseño de la planta nuclear de Bushehr es único porque Rusia aceptó incorporar su tecnología VVER a la infraestructura original construida en Alemania. La cooperación de estos dos países es tal que, actualmente, científicos rusos operan en estas instalaciones. Así, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha tenido que llegar a un acuerdo con Israel para garantizar la seguridad de los más de 200 ciudadanos rusos que están trabajando actualmente en Bushehr.
Fordow
Pero sin duda, la joya de la corona del programa nuclear de la República Islámica es la central nuclear de Fordow, donde se sospecha que están los arsenales de uranio iraní altamente enriquecido. Se trata de un auténtico búnker construido entre las rocosas montañas de la ciudad santa de Qom y al que solo se puede acceder a través de seis túneles. Las imágenes satelitales del emplazamiento únicamente son capaces de captar un pequeño edificio blanco, en medio de la nada. Se cree que estas instalaciones albergan las centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio.

Imagen satelital proporcionada por Maxar Technologies muestra la Planta de Enriquecimiento de Combustible de Fordow
Originalmente era una instalación de túneles asociada a la organización paramilitar iraní Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos (IRGC). La instalación está dividida en dos naves de enriquecimiento; cada una está diseñada para albergar ocho cascadas de centrifugadoras de gas IR-1, con un total aproximado de 3.000 centrifugadoras, explica el NTI. El OIEA ya advirtió en marzo de 2023 que las centrifugadoras de Fordow, capaces de enriquecer el uranio a niveles del 60 %, han llegado a hacerlo al 83,7 %, rozando el 90 % necesario para fabricar un arma nuclear.
Por ello, este complejo se ha convertido en una obsesión para Netanyahu, pero su país no cuenta con las capacidades necesarias para penetrar en estas instalaciones. Para ello necesitaba que Estados Unidos entrara en la guerra y empleara su bomba GBU-57 —bautizada como 'rompebúnkeres'—, capaz de penetrar hasta 60 metros bajo tierra antes de explotar y que, además, solo puede ser lanzada desde los potentes bombarderos estadounidenses B-2.
Pero además de apuntar contra las instalaciones nucleares, Israel también ha matado a unos diez científicos iraníes —claves para su programa atómico— y ha apuntado contra la cúpula militar, acabando con la vida de varios altos funcionarios de la Fuerza Quds. Asimismo, los bombardeos de la aviación hebrea han logrado destruir sistemas de defensa aérea y dejar inoperativas decenas de lanzaderas de misiles iraníes.