El gallo, el Pollo Carvajal y las gallinas en la granja de espionaje
En los años sesenta, Raúl Castro soñaba —y lo argumentaba claramente, sin ambages—, con hacer estallar varias bombas en Nueva York y en Washington, ese sueño se lo cumplió Osama Bin Laden
Hugo Armando 'El Pollo' Carvajal
El Gallo, como podrán suponer, Fidel Castro, el cocorico caribeño de la Granja Grande del espionaje, Moscú. Las gallinas, y los pollos, Ana Belén Montes, aquel Carlos Álvarez y Elsa, su mujer, psicólogos y profesores universitarios; más los cinco que salieron indemnes tras ser condenados y cumplir cárcel en Estados Unidos gracias a Barack Obama, que inclusive trasladó esperma de uno de ellos en su bolsillo para preñar a la mujer en Cuba.
Dentro del cuerpo diplomático, Gustavo Machín, expulsado de Estados Unidos por ser un espía no registrado, al que después nombraron embajador en España, y que presuntamente estuvo presente en varios asesinatos en Cuba, entre ellos los del comandante Barbarroja, Manuel Piñeiro Losada, el ministro del Interior, José Abrahantes, el opositor y líder del Movimiento Cristiano Liberación Oswaldo Payá y y el joven que lo acompañaba, promesa del MCL, Harold Cepero; Anselmo (nombre de guerra) y su mujer, Josefina Vidal, jefa del Departamento América del Comité Central, en época de la Presidencia de Barack Obama, manipuladora del deshielo, activa todavía; y el más reciente, el diplomático Manuel Rocha, que concentró su trabajo en desviar el interés de la prensa hacia otros temas de menor importancia, pero que sin duda alguna en su etapa en Argentina efectuó un daño muy fecundo para el castrismo; más toda una recua de espías todavía no registrados, o que lo han sido a medias, sin comprobación, entre esos numerosos artistas e influencers que se activaron como nuevos opositores de línea suave y 'dialoguera' con el régimen.
De los cinco espías, Gerardo Hernández, visita con frecuencia Italia, como se puede comprobar en sus redes sociales, allí todavía quedan varias urdimbres de espías dormidos, medios despiertos, y despiertos del todo… En fin, un entramado infinito e interminable con el que el Gobierno de Estados Unidos muy a menudo evita meterse y tener problemas.
Recuerden que durante la Guerra Fría existían tres aparatos importantes a nivel mundial de espionaje: la CIA, la KGB, y el G2 cubano. ¿Qué no lo creen? Revisen este vídeo. Y en medio de esa malla de espías, por supuesto, Venezuela como punto determinante, pues fue con Argentina, la otra niña de los ojos de Fidel Castro, con la intención de destruirlas, para cuya obra ensayó la guerrilla con ambos países en los años sesenta, aunque luego cambió de estrategia con Chile, usando a Salvador Allende, con el que compartía ideas nazi-hitlerianas.
En ese vídeo al que remito, se comenta ahora que Hugo 'El Pollo' Carvajal, empezó a cantar más que María Calas en la Scala de Milán. Cantará lo que sea con tal de arrearse credibilidad para futuros privilegios, que no es lo mismo que beneficios. No es el único que lo ha hecho, todos lo hacen. Salvo una, que sigo pensando que no arrojó todo lo que sabía ni lo que preparaba, de ahí que cumpliera 25 años en una cárcel estadounidense. Se trata de Ana Belén Montes.
Ana Belén Montes nació en Nüremberg, Alemania, en 1957, la patria de Mirita Lorentz, espía también y amante de Fidel Castro, aunque ya esa es otra historia… Montes llegó a ser un alto cargo en la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos, durante todo el tiempo que espió para el castrismo, y para los clientes del castrismo, pues la información se vende y se paga cara, provocó enormes y contundentes daños, más de los que puedan imaginar, a la seguridad del país. Es responsable de la muerte de al menos uno de los agentes claves de Estados Unidos en Sudamérica. Ana Belén Montes superó varias pruebas del detector de mentiras, pero al caer bajo considerables sospechas confesó ser culpable de delito de espionaje.
Las declaraciones del Pollo Carvajal apuntan a Venezuela, pero desde luego también a Cuba y a Moscú como las cabezas primarias, con varios objetivos: alteración del orden mediante el tráfico de cocaína, la creación masiva de generaciones dependientes de la droga y reviradas en contra de Estados Unidos, más las muertes por sobredosis, o por violencia cometida contra otros o contra ellos mismos. O sea, la degradación y la violencia. Habrá que oír su idea y versión de la irrupción de China con el fentanilo.
En los años sesenta, Raúl Castro soñaba —y lo argumentaba claramente, sin ambages—, con hacer estallar varias bombas en Nueva York y en Washington, ese sueño se lo cumplió Osama Bin Laden; léanlo en el libro de Humberto Fontova, Fidel Castro, el tirano favorito de Hollywood.
Aproximadamente por la misma época, Fidel Castro juraba que sembraría de drogadictos a Estados Unidos, de ahí también que prestase a sus generales para el tráfico internacional de marihuana y cocaína, mediante el Departamento MC, que él mismo dirigía, que convirtiera los movimientos de liberación sudamericanos en narcoguerrillas, varios de sus jefes han llegado a la máxima conducción de sus países, Evo Morales, en Bolivia, Dilma Rousseff (ex guerrillera) en Brasil, Gustavo Petro, en Colombia. En cuanto la DEA descubrió la jugada de Castro, éste mandó a fusilar a los generales cubanos implicados en el escándalo. Resurgió como siempre, airoso y ejemplarizante.