Donald Trump, presidente de Estados Unidos
Así quedan los aranceles de Trump tras nueve acuerdos y seis meses de guerra comercial
el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ha dudado en su segundo mandato usar todo el poderío estadounidense para defender e imponer sus intereses tanto a aliados como adversarios.
Desde la caída del Muro de Berlín, el capitalismo y el libre comercio han sido las banderas de Washington, pero en palabras de Trump, sus antecesores permitieron abusos de eso modelo económico que perjudicaron a la economía local permitiendo la relocalización de empresas estadounidenses y la apertura casi irrestricta al mercado de EE.UU. mientras los demás países imponían barreras arancelarias.
La era del 'soft power' caracterizada por negociaciones comerciales muy diplomáticas que evitaban confrontaciones públicas o evidentes se acabó. Trump no ha desperdiciado el poder comercial de Estados Unidos –el mercado de consumo más dinámico y sofisticado del mundo– para forzar cambios en las relaciones comerciales consideradas «asimétricas» por la Casa Blanca y que de continuar así desbancarían a los EE.UU. en favor de China como potencia dominante.
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La Unión Europea, por ejemplo, llevaba años cobrando aranceles a los productos estadounidenses y ahora Trump ha impuesto a Bruselas un acuerdo para que los productos europeos paguen tarifas del 15 % para acceder al mercado estadounidense.
La Unión Europea también se comprometió el 28 de julio a comprar energía de Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares, a invertir 600.000 millones de dólares en ese país y a incrementar la compra de material militar de EE.UU.
Otros ocho acuerdos comerciales
Firmado el 8 de mayo, el acuerdo entre Reino Unido y Estados Unidos fue el primer pacto comercial alcanzado desde el anuncio por parte de Trump de nuevos aranceles.
Establecía la reducción de aranceles sobre automóviles británicos del 25 % al 10 % –hasta 100.000 vehículos al año– y la eliminación para acero y aluminio.
Permisos recíprocos para la exportación de carne de res y productos agrícolas, reducción de barreras no arancelarias y simplificación de trámites aduaneros.
El 26 de junio, tras amenazas recíprocas de aranceles de hasta el 115 %, Estados Unidos y China llegaron a un principio de acuerdo que aún se encuentra en desarrollo.
Aunque mantiene elevados aranceles –55 % para la exportación de determinados productos chinos a Estados Unidos– facilita la exportación de tierras raras de China, elimina medidas de represalia mutua, y relaja controles para el acceso de productos chinos al mercado norteamericano.
Estados Unidos y Vietnam acordaron el 2 de julio elevar la tarifa de las exportaciones vietnamitas a EE.UU. al 20 % (con una tasa del 40 % a productos de los que se sospeche procedencia china). La amenaza previa de Trump era situar los aranceles en el 46 %.
Japón por su parte aceptó un arancel del 15 % sobre todas sus exportaciones a Estados Unidos frente al 25 % con el que había amenazado Trump.
El país asiático se comprometió a invertir 550.000 millones de dólares en EE.UU. y a abrir su mercado en sectores como automóviles, camiones, arroz y productos agrícolas.
En el caso de Filipinas, Estados Unidos impuso un arancel del 19 % a los productos filipinos, un punto menos que el 20 % con el que había amenazado, a cambio de que los productos estadounidenses queden exentos de aranceles al entrar en Filipinas.
El acuerdo fue anunciado el 22 de julio tras la visita del presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., a la Casa Blanca.
Ese mismo día y con contenido casi idéntico, el acuerdo de Trump con Indonesia fijó aranceles del 19 % para las exportaciones a Estados Unidos y, en paralelo, incluyó compromisos de compra de aeronaves, productos agrícolas y energéticos norteamericanos por parte de Indonesia.
El 31 de julio se anunció un acuerdo de Estados Unidos y Corea del Sur que fijó aranceles del 15 % a los productos coreanos, mientras los de Estados Unidos quedan exentos para su entrada en el país asiático.
Además, el presidente estadounidense aseguró que en el acuerdo Corea del Sur se comprometió a invertir 350.000 millones de dólares en Estados Unidos y a adquirir 100.000 millones en productos energéticos.
Ayer mismo, EE.UU. y Pakistán anunciaron un acuerdo comercial que incluyó la rebaja de aranceles «recíprocos» –sin precisar la cuantía– y, según Trump, permitirá a su país colaborar con Islamabad en la gestión de «las enormes reservas de petróleo» de Pakistán.
El acuerdo se anunció solo un día después de que el presidente estadounidense dijera que impondría aranceles del 25 % a los productos de la India por las relaciones de ese país con Rusia.
