Geran-2, el dron ruso que derribado por la OTAN
Así es el dron ruso con inteligencia artificial que la OTAN derribó en el espacio aéreo de Polonia
Polonia sufrió en sus propias carnes las consecuencias de la guerra que se libra desde hace más de tres años en el país vecino. Este miércoles, en una escalada sin precedentes, la OTAN tuvo que intervenir para neutralizar hasta 19 drones rusos del modelo Geran-2, que amenazaban los cielos polacos. Los primeros aparatos no tripulados se detectaron hacia las once de la noche y la operación no finalizó hasta bien entrada la mañana.
Las autoridades polacas lo calificaron como un «acto de agresión sin precedentes». El Mando Operativo de las Fuerzas Armadas de Polonia aseguró que había logrado neutralizar cuatro drones, mientras que el resto logró burlar las defensas de los aliados, por el momento se han hallado los restos de 16 de estos artefactos, que se han desperdigado por cinco provincias del este y centro del país. Estos aviones no tripulados son una variante rusa del modelo iraní Shahed-136, conocidos también como «drones suicidas», que tanto usa el Kremlin en su invasión de Ucrania.
Sin embargo, la versión rusa es más moderna e incluso hace uso de la inteligencia artificial para evitar ser hackeados. A finales de 2022, meses después de iniciar la guerra en el país vecino, Rusia logró que Irán le facilitara la licencia para producir sus aviones no tripulados en el país. Actualmente, el principal centro de fabricación de los Geran-2 se localiza en Alabuga, Tartaristán, donde ha logrado producir casi 3.000 en tan solo un mes, según analistas de Instituto de Estudios de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés).
Infografía del dron ruso, Geran-2
Pero el Kremlin no solo ha aumentado su producción, sino que ha mejorado los modelos iraníes. Ahora son más rápidos y, por lo tanto, más difíciles de interceptar. Este artefacto mide unos 3,5 metros de largo y presenta una envergadura de 2,5 metros. Puede llegar a pesar unos 200 kilos y tiene un alcance de hasta 2.000 kilómetros. Su precio puede rondar 17.000 y 42.000 euros por unidad y si son lanzados de forma masiva pueden saturar las defensas de los países europeos, como sucede en Ucrania a diario.
Entre las mejoras que experimenta el modelo ruso con respecto al iraní destaca la carga que puede transportar, mientras que en un inicio podía soportar los 50 kg ahora puede llegar hasta los 90 kg con un alto poder explosivo. El Geran-2 puede, además, alcanzar los 180 km/h con una autonomía de unas 12 horas y, además, cuenta con sistemas de navegación avanzados resistentes a las interferencias. A todo esto, se añade, que los nuevos recubrimientos permiten que pasen más desapercibidos sobre todo durante la noche lo que complica aún más su detección.
Los drones se han convertido en un arma fundamental en la invasión rusa de Ucrania. Ambos bandos usan estos artefactos tanto de manera defensiva como ofensiva. Mientras que Europa se queda atrás en su producción, Rusia ya trabaja en una nueva versión, el Geran-3. Este último modelo contaría con un turborreactor, aumentado así su velocidad hasta los 600 km/h y amplía su alcance hasta los 2.500 km.