¿Estarían Cuba y el FBI de Biden detrás de movimientos radicales en Estados Unidos?

No sería la primera vez, recuerden la influencia del castrismo en organizaciones como Las Macheteros, Los Maceítos (estos últimos usados para fines revolucionarios siendo exiliados con tendencia al pensamiento socialista o hijos de exiliados), recuerden las banderas con las fotos del Che Guevara y Fidel Castro en las manifestaciones violentas de Antifa y Black Lives Matter más recientemente.

Sin embargo, la investigación continúa en curso: ¿Cuba estaría detrás de grupos radicales en Estados Unidos vinculados con el arma que asesinó a Charlie Kirk? Benny Johnson dio la información en X, circulan otras afirmaciones sobre la existencia y actividades de esos grupos radicales, muchas veces vinculadas a investigaciones policiales o hechos de alto impacto mediático.

Esta información se ha publicado en el canal Univista de La Florida, ADN Cuba, y Voz US

Es fundamental recordar que, antes de aceptar como ciertos los detalles de casos complejos, se requiere evidencia pública y la confirmación de fuentes oficiales acreditadas; esta información ha sido respaldada y publicada por el canal Univista en La Florida, ADN Cuba, y el medio digital Voz US, entre otros.

Mario J. Pentón, periodista de Radio Martí, escribió: «Un grupo llamado Armed Queers, con sede en Salt Lake City, Utah, ha generado controversia por entrenar a personas LGBTQ en el uso de armas y promover una agenda marxista-leninista alineada con la revolución cubana. Fundado en 2020, el grupo combina activismo queer con antiimperialismo y lucha armada contra el capitalismo, llegando incluso a enviar miembros a Cuba como parte de brigadas del Primero de Mayo. Aunque no hay pruebas que lo vinculen con el asesinato del líder conservador Charlie Kirk, el FBI investiga sus actividades. Armed Queers ha servido como `seguridad´ en eventos queer y protestas, ha coordinado con grupos como Mecha y Arabs in Utah, y mantiene un fuerte discurso anti-Israel y pro-Palestina. Sus líderes afirman inspirarse en Marx, Lenin, Mao y otros referentes comunistas, y buscan llevar «la revolución a Estados Unidos.» Pentón remite al sitio de ADN Cuba.

el logo de «Queers Armados de Salt Lake City» apareció grabado en el arma y en la bala que asesinó a Charlie Kirk

En el caso mencionado, sobre el grupo denominado «Queers Armados de Salt Lake City», es importante resaltar que, hasta el momento, sólo existen pocos reportes confirmados en medios de comunicación y todavía es muy temprano para emitir comunicados oficiales sobre la formación; aunque sí actividades o investigaciones federales en curso asociadas a esta entidad. Tampoco hay constancia verificable del asesinato de una figura política llamada Charlie Kirk en relación con estos hechos; pero, lo que sí pudiera haber sido verificado es que el logo de esta organización apareció grabado en el arma y en la bala que asesinó al joven activista.

Ante la aparición de nuevas afirmaciones, como las descritas sobre la organización denominada «Queers Armadas de Salt Lake City», resulta aún más crucial mantener una actitud crítica y responsable en la gestión de información, aunque atenta. A pesar de los detalles que se mencionan —incluyendo viajes internacionales, a Cuba, contactos con gobiernos extranjeros, distinciones (castristas) y supuestas investigaciones en curso—, es indispensable subrayar que, para considerar cualquier narrativa como un hecho, debe existir comprobación pública, documentación verificable y respaldo de fuentes oficiales sigue su curso.

La circulación de vídeos, declaraciones en redes sociales o menciones a figuras públicas no equivale a evidencia válida si no están acompañadas de investigaciones periodísticas serias o confirmaciones por parte de las autoridades pertinentes como el FBI. El que una organización suprima información de sus plataformas, como se menciona sobre Utah Global Diplomacy, puede deberse a múltiples motivos y no necesariamente implica la existencia de actos ilícitos o coordinación ilegal -pero también es verdad que por alguna eventualidad en un momento tan crucial como el que nos ocupa han hecho desaparecer vídeos y fotos.

Lo que sí se ha evaluado y verificado durante una audiencia reciente del Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, el senador Chuck Grassley lanzó duras críticas al FBI y al Departamento de Justicia, señalando el uso del programa conocido como «Arctic Frost» como una herramienta para la persecución política. Según expuso Grassley ante el comité, el programa habría sido empleado durante la administración Biden para investigar a un total de 92 objetivos republicanos, entre los que se cuentan tanto organizaciones como personas individuales vinculadas al espectro conservador.

El senador Grassley destacó que agentes del FBI, actuando de manera partidista —en coordinación con fiscales federales— utilizaron Arctic Frost no con el fin legítimo de procurar la justicia, sino para promover agendas políticas específicas. Estas acusaciones han generado un intenso debate público sobre el potencial abuso de las facultades de investigación que ostentan las agencias federales, especialmente cuando estas herramientas se aplican selectivamente contra ciertos sectores ideológicos.

Grassley remarcó su preocupación de que en lugar de actuar como garantes de la ley, algunos funcionarios federales habrían instrumentalizado el aparato investigativo del Estado para intimidar o debilitar a la oposición política. Subrayó la importancia de la imparcialidad y la transparencia en el ejercicio de poderes tan delicados, advirtiendo que la erosión de la confianza pública en las instituciones democráticas es una consecuencia grave de este tipo de prácticas.

Este señalamiento reavivó el debate sobre el equilibrio entre la seguridad nacional y las libertades civiles, así como la necesidad de una supervisión efectiva y apartidista de los organismos de inteligencia y aplicación de la ley. Diversos sectores llaman a investigar a fondo las acusaciones y a establecer garantías robustas para evitar que los recursos federales se utilicen para perseguir a quienes disienten del gobierno de turno, sea cual sea su orientación política.

En conclusión, la denuncia de Grassley pone sobre la mesa el riesgo inherente al uso político de las agencias de investigación, un tema central para la salud democrática de Estados Unidos que plantea preguntas sobre la vigilancia, la justicia y el respeto por los derechos constitucionales de todas las personas y organizaciones, sin importar su afiliación política.