Protestas a favor de Jimmy Kimmel en Estados Unidos
Elon Musk, Disney y la presión de Hollywood: intrahistoria de la cancelación y regreso de Jimmy Kimmel
Una semana después de que se anunciara la suspensión del Jimmy Kimmel Live!, uno de los late night más populares del país y en emisión desde hace más de 20 años, el presentador regresará a la arena televisiva esta noche. A falta de su esperado discurso, su vuelta pone fin a una semana donde se han agudizado las profundas diferencias que asolan a una sociedad, la estadounidense, cada día más polarizada y que, desde el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ha encontrado en las redes sociales un terreno fértil para agigantar la brecha.
Kimmel estaba en el punto de mira del presidente, Donald Trump, desde hace meses. En julio, después de que se anunciara el final del programa dirigido por Stephen Colbert, el mandatario lanzó un señuelo al porvenir en su red social, Truth: «Me gusta muchísimo que lo despidan (a Colbert). Creo que el siguiente es Jimmy Kimmel. ¡Es aún menos talentoso que Colbert!», sentenció entonces.
La semana pasada, sus deseos se hicieron realidad. Kimmel fue despedido de manera súbita después de unos comentarios en el programa del lunes, cuando aseguró que los seguidores de Trump «estaban desesperados por caracterizar al asesino de Kirk (el joven Tyler Robinson) como algo distinto a uno de ellos y haciendo todo lo posible para sacarle rédito político». El presentador hacía referencia que Robinson proviene de una familia republicana, mormona y amante de las armas aunque, como su madre reconoció, él se había «escorado hacia la izquierda». También bromeó sobre el modo en el que Trump estaba pasando el duelo: «Está en la cuarta etapa del duelo: la construcción. Demolición, construcción... así no es como un adulto llora el asesinato de alguien a quien llamaba amigo; así es como un niño de cuatro años llora a un pez dorado», afirmó.
Las reacciones fueron inmediatas y las redes sociales se conviriteron en el campo de cultivo perfecto para que el discurso de Kimmel ganara notoriedad y se expusiera a las críticas. El propio Elon Musk, dueño de la red social X, calificó de «repugnantes» los comentarios del presentador. Pero el comentario más importante llegó de la boca de Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y nombrado por Trump en su regreso a la Casa Blanca. Carr afirmó que las declaraciones de Kimmel eran «verdaderamente enfermizas» y sugirió medidas regulatorias contra ABC, la cadena que emite el programa.
El contexto es importante, pues Nexstar se encuentra en una situación compleja ya que quiere hacerse con uno de sus mayores rivales, Tegna, en una operación que se eleva a más de seis mil millones de dólares. Para el visto bueno de la operación necesita el permiso de la FCC. Es decir, de Carr. Es decir, de Trump.
Jimmy Kimmel, presentando los Oscar 2024
Después de la cancelación, numerosos programas y personalidades criticaron la decisión, afirmando que va en contra de la Primera Enmienda –la libertad de expresión que tanto defiende el movimiento MAGA–. Otros presentadores famosos como Seth Meyers y Jimmy Fallon criticaron la decisión y más de 400 celebridades de Hollywood firmaron una carta, difundida este lunes por la Unión Americana de Libertades Civiles, en la que cargaban contra la retirada del programa.
Trump, por su parte, se mantenía fuerte en su postura. La semana pasada llegó a amenazar con quitarles el permiso a los programas de televisión donde se le critique y este lunes solicitó a la fiscal general, Pam Bondi, que «actuara contra sus adversarios».
Sin embargo, el presidente ha pinchado en hueso y se ha encontrado con el rechazo de The Walt Disney Company, la empresa matriz de la cadena ABC que ayer anunció, en un comunicado, que «tras días teniendo profundas conversaciones con Jimmy (Kimmel), hemos llegado a la conclusión de que el show vuelva el martes». Esta decisión cuenta con el visto bueno de Robert Iger, director ejecutivo de Disney, y de Dana Walden, responsable de televisión de la compañía.
Sin embargo, no todo son buenas noticias para Kimmel. Aunque Disney y ABC confirmaron la reanudación del programa, dos poderosas redes de emisoras locales —Nexstar y Sinclair— han decidido mantener el boicot. Nexstar justificó su postura en un comunicado en el que habló de la necesidad de un «entorno de diálogo respetuoso y constructivo», mientras que Sinclair anunció que sustituirá el espacio de Kimmel por noticias, a la espera de nuevas conversaciones con ABC. Según cálculos de Los Angeles Times, esta decisión deja fuera al 25 % de la audiencia potencial del programa, con consecuencias directas en la publicidad.
El mundo televisivo estadounidense contiene ahora el aliento esperando las declaraciones de Kimmel esta noche, que no se ha pronunciado aún en público sobre lo ocurrido. Mientras tanto, y pese a las presiones de Brendan Carr y los posibles escollos que ahora se puede encontrar Nexstar en sus intereses financieros, Disney se ha plantado ante Trump. En los Estados Unidos actuales, la duda es cuánto tiempo pasará hasta que el tablero dé otro vuelco.