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Un avión F16 de fabricación estadounidense, en una exhibición en la Base Aérea de Balad, al norte de Bagdad

Un avión F16 de fabricación estadounidense, en una exhibición en la Base Aérea de Balad, al norte de BagdadAFP

La OTAN saca músculo nuclear frente a Rusia con unas maniobras de defensa con 70 aviones de 14 países

Los ejercicios Steadfast Noon tienen como objetivo mantener la capacidad operativa y la credibilidad del componente nuclear de la Alianza

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha puesto en marcha su ejercicio anual de disuasión nuclear, conocido como Steadfast Noon, con la participación de unos setenta aviones procedentes de catorce países aliados. Las maniobras, que se desarrollan principalmente en los Países Bajos, tienen como objetivo mantener la capacidad operativa y la credibilidad del componente nuclear de la Alianza en un contexto internacional marcado por la tensión y la incertidumbre estratégica.

Aunque la OTAN subraya que estos ejercicios no implican el uso de armas reales y que no están dirigidos contra ningún país en particular, su desarrollo coincide con un periodo de creciente fricción entre Occidente y Rusia, tras más de dos años de invasión de Ucrania y repetidas amenazas nucleares provenientes del Kremlin. Este escenario otorga a Steadfast Noon 2025 un peso simbólico notable, al proyectar una imagen de cohesión y preparación militar frente a eventuales desafíos.

El epicentro de las operaciones se encuentra en la base aérea de Volkel, en los Países Bajos, con apoyo logístico desde Bélgica, Reino Unido y Dinamarca. En los ejercicios participan tanto aeronaves convencionales como aviones de «doble capacidad», es decir, capaces de portar armamento nuclear si fuera necesario. Junto a ellos operan unidades de reabastecimiento, vigilancia y control aéreo, con la coordinación de aproximadamente dos mil efectivos.

La dirección política y militar de la Alianza sostiene que la práctica de este tipo de maniobras es esencial para garantizar la seguridad colectiva. Según el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, mantener la capacidad nuclear aliada en un estado operativo y creíble es una prioridad, especialmente ante la evolución del entorno geopolítico europeo. Las autoridades también han insistido en que se busca la máxima transparencia, para que tanto la opinión pública como los actores internacionales comprendan el carácter defensivo y rutinario de estas operaciones.

No obstante, el contexto actual amplifica las interpretaciones estratégicas. La OTAN lleva a cabo estos ejercicios en un momento en que Moscú ha reforzado su retórica nuclear y ha desplegado sistemas tácticos en territorio bielorruso. En paralelo, algunos países europeos han tomado medidas para fortalecer su propia disuasión. Reino Unido y Francia firmaron recientemente un acuerdo histórico para coordinar sus capacidades nucleares, mientras que Estados Unidos habría reanudado el envío de armamento nuclear al Reino Unido por primera vez desde 2008. Estos movimientos reflejan la creciente preocupación por el equilibrio estratégico en Europa y la necesidad de coordinación entre los aliados.

El ejercicio de la OTAN, aunque no utiliza armas reales, envía un mensaje inequívoco: la Alianza Atlántica mantiene su preparación ante cualquier eventualidad. Para los países del flanco oriental, como Polonia o los Estados bálticos, la operación reafirma el compromiso aliado de defensa colectiva. Para Rusia, en cambio, puede ser percibida como una provocación, alimentando la narrativa de confrontación que ha caracterizado los últimos años.

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