El Rey de Marruecos, Mohamed VI, en la ceremonia de inauguración de las obras de construcción de un complejo industrial
La opulencia de Mohamed VI y del primer ministro marroquí choca con las demandas de los jóvenes
Los jóvenes marroquíes, tras un breve parón, han vuelto a convocar protestas para este sábado en todo el país para reivindicar mayores y mejores inversiones en servicios tan básicos como la sanidad y la educación, así como para exigir que se persiga la corrupción y la liberación de todos los «presos de opinión». El movimiento juvenil, organizado bajo el colectivo GenZ212 –que toma el prefijo telefónico de Marruecos, +212–, lleva protagonizando manifestaciones desde el pasado 27 de septiembre, y su lema «No queremos el Mundial, queremos Sanidad» se ha convertido ya en su grito de guerra por excelencia.
La conocida como generación Z (1997-2012) se ha rebelado contra las élites gobernantes de Marruecos ante la ingente inversión –alrededor de 4.000 millones de euros– que se está dedicando a megaproyectos e infraestructuras destinadas a eventos deportivos como la Copa Africana de Naciones, que se disputará este diciembre, o el Mundial de Fútbol de 2030. Mientras tanto, la sanidad y la educación públicas, dos pilares básicos en cualquier sociedad del bienestar, afrontan una situación de total decadencia. Los jóvenes marroquíes insisten en que no están en contra de la modernización de su país, sino de que esta se consiga a costa de dejar de apostar por sus derechos más básicos.
La chispa que prendió la llama de estas protestas juveniles fue, de hecho, la muerte de ocho embarazadas en un hospital local de Agadir (sur) en tan solo una semana, al suministrarles un analgésico en mal estado para someterlas a una cesárea. Este suceso fue la última gota que colmó el vaso de la paciencia de unos jóvenes que lograron organizarse a través de redes sociales como Discord para exigir responsabilidades al Gobierno marroquí, liderado por el primer ministro y amigo íntimo del Rey Mohamed VI, Aziz Ajanuch. Los jóvenes ya han pedido su cabeza, ya que culpan directamente a Ajanuch de la mala gestión de los recursos del Estado y de priorizar sus intereses personales sobre los de los ciudadanos.
El jefe de Gobierno de Marruecos desde 2021 y líder del partido liberal-conservador Reagrupación Nacional de Independientes (RNI) es, además, uno de los empresarios más ricos de Marruecos. La fortuna de Ajanuch proviene, en gran parte, del conglomerado familiar Ahmed Wakrim, dedicado principalmente a la industria del petróleo y el gas. Entre estos negocios destaca la red de gasolineras Afriquia, con una arraigada presencia en Marruecos. Según la revista Forbes, la fortuna personal de Ajanuch en 2025, también alcalde de Agadir, ronda los 1.600 millones de dólares, lo que le sitúa entre las personas más ricas del país norteafricano, solo por detrás de la familia real alauí. El Rey Mohamed VI es, sin ningún atisbo de duda, el hombre más rico de Marruecos.
El monarca, que a su vez es descendiente de Mahoma y Comendador de los Creyentes –por lo tanto, su figura trasciende más allá de lo político–, posee el mayor conglomerado empresarial del país, Al Mada. A través de este fondo de inversión, Mohamed VI goza de participaciones en sectores clave de la economía marroquí, como la banca, la energía, la distribución y las telecomunicaciones. En 2015, la revista Forbes lo situó como la quinta persona más rica de África, con una fortuna neta de 5.700 millones de dólares. Mohamed VI, además, no oculta su gusto por el lujo ni sus largas estancias fuera de Marruecos, en su mansión de París o Gabón, lo que le ha costado duras críticas dentro de su propio país, algo poco habitual.
También sus estrafalarias compañías, como los hermanos Azaitar, unos boxeadores que han sabido sacar buen provecho de su amistad con Mohamed VI, han provocado que el Majzén –Estado profundo de Marruecos– lanzara una campaña de desprestigio contra el Monarca en la prensa. Aun así, y a pesar del contraste que representa la propia figura del rey alauí ante las exigencias de los jóvenes marroquíes, estos no cuestionan la figura de Mohamed VI por ahora, sino únicamente la del multimillonario primer ministro. Sin embargo, la paciencia tiene un límite: el movimiento GenZ212 suspendió las protestas la pasada semana como símbolo de respeto ante el esperado discurso del Rey ante el Parlamento, donde esperaban que respondiera a sus peticiones y anunciara reformas.
No más lejos de la realidad, Mohamed VI ni siquiera hizo mención a las revueltas que llevan sacudiendo a su país desde finales de septiembre y ofreció un discurso vacío y falto de medidas. Tras esta última decepción, la GenZ212 ya ha advertido de que boicoteará la Copa Africana de Naciones que Marruecos albergará este diciembre, y este mismo sábado volverán a tomar las calles para elevar aún más su voz ante las desigualdades que sufre un país que, como reconoció el propio Monarca alauí, crece a «dos velocidades».