Pete Hegseth en una intervención en Quantico, Virginia. I
Rebelión de la prensa en Estados Unidos: hasta la FOX rechaza la censura que trata de imponer el Pentágono
Hace falta mucho manía a los viejos colegasoo no entender qué función tiene la prensa, para animarse a adoptar una decisión como la de Pete Hegseth. El secretario de Guerra, antes de Defensa, ha logrado lo nunca visto antes: unidad de los medios de comunicación de Estados Unidos, incluidos los que se detestan, para quejarse y rechazar una iniciativa sin precedente.
¿De qué se trata? El exmilitar y antiguo comentarista de televisión en la cadena FOX, la favorita de Donald Trump, ha dado un ultimátum a los periodistas si no quieren perder su acreditación en el Pentágono. El que no firme un documento con una decena de exigencias y prohibiciones de publicación de determinadas noticias, tendrá prohibida la entrada al, posiblemente, mayor centro de Inteligencia del mundo. Un centenar de periodistas se ha negado a hacerlo.
Hasta la Fox ha rechazado suscribir semejan décalogo que, entre otras cosas, limita e acceso a las fuentes militares y exige luz verde del departamento de Guerra para poder publicar informaciones. The Washington Post, The New York Times, The Wall Street Journal y agencias como Reuters o Ap, se han negado en rotundo a doblegarse frente a Hegseth, curiosamente, el hombre que cometió el error de meter en un chat con información clasificada a la revista The Atlantic, donde ofreció con todo lujo de detalles los bombardeos que iba hacer Estados Unidos a los hutíes de Yemen.
Esta tarde vence el plazo de reflexión que Hegsth impuso a los medios y hasta ahora, como advirtió el diario argentino La Nación, el único que ha firmado el documento ha sido One America News, un medio más trumpista que Trump.
En las 21 páginas que forman la carpeta el secretario advierte que los periodistas pueden ser considerados un «riesgo para la seguridad» si publican una información sin el visto bueno del Pentágono. Dicho de otro modo, que deben someterse ala censura previa. Además, tendrán restringido el acceso a zonas y despachos a los que antes podían entrar para consultar a fuentes. Ahora sólo podrán acercarse a estas escoltados por un agente. Dicho esto, advierte que retirará de inmediato la acreditación de cualquier periodista que hable con alguien de su Departamento o publique información que él no haya visto antes.
El elegido por Trump para asumir la antigua Cartera de Defensa justifica su decisión, en que «el acceso al Pentágono es un privilegio, no un derecho» y por «seguridad».
Unos 100 periodistas que habitualmente cubren el Pentágono ya le han transmitido, con el apoyo de sus medios, que bajo ningún concepto se plegarán a sus exigencias.
La Asociación de la Prensa del Pentágono y otras del sector y de defensa de la libertad de expresión han emitido comunicados en los que denuncian que las disposiciones del secretario, con rango de ministro, suponen una «mordaza a los empleados del Pentágono y amenaza con represalias contra los periodistas que busquen información que no haya sido aprobada previamente para su publicación», recoge La Nación.
Veteranos corresponsales en el Pentágono entregaron su acreditación y publicaron diferentes textos donde defienden la libertad de prensa y reprochan la censura. «Ni siquiera vamos a poder hablar con los funcionarios que veamos en los pasillos», denunciaba Tom Bowman, acreditado 28 años por National Public Radio (NPR) en declaraciones al diario argentino. « Aceptar esas condiciones nos reduciría a ser simples transcriptores que repiten comunicados oficiales, en lugar de periodistas que aseguran la rendición de cuentas del gobierno.»