Óscar Pérez-Oliva Fraga, nuevo viceprimer ministro de Cuba
Los Castro consolidan su poder en Cuba con el ascenso de su sobrino Pérez-Oliva al cargo de viceprimer ministro
Se llama Óscar Pérez-Oliva Fraga, supone que tiene alrededor de 54 años –no se sabe bien si nació en 1970 o 1971– y desde hace unas semanas es el nuevo viceprimer ministro de Cuba. Conserva, además, las funciones de ministro de Comercio Exterior, que venía desempeñando desde 2024. Por encina de su posición orgánica dentro del régimen, es hijo de Mirsa Fraga Castro, a su vez hija de Ángela Fraga Castro, una de las hermanas de Fidel y Raúl. Un parentesco discreto a la par que influyente. «Siempre se ha dicho que Ángela ha actuado como testaferro de algunas de las operaciones financieras de los Castro en el exterior», explica a El Debate el analista Juan Antonio Blanco.
Para Blanco, «este joven lo que representa no es el famoso relevo generacional en Cuba, sino el relevo generacional dentro del clan Castro para ocupar cargos clave dentro de la estructura de poder». Argumenta que si uno se pone a comparar a este jovenzuelo «con el supuesto presidente del país, [Miguel] Díaz-Canel, pues este tiene mucho más poder que él, ya que forma parte del núcleo duro del clan». Blanco sugiere, además, que su ascenso a viceprimer ministro podría indicar que «en algún momento se está pensando quitar a Díaz-Canel, colocar al actual primer ministro, Manuel Marrero, en la jefatura del Estado y poner a Pérez-Oliva de primer ministro».
Al ser titular de la cartera de Comercio Exterior y parte del clan Castro, Pérez-Oliva está estrechamente vinculado a Gaesa, el conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas, que controla gran parte de la economía cubana. «Marrero también es del círculo de Gaesa», puntualiza Blanco. Si el movimiento que anticipa se concreta, «Gaesa estaría monopolizando un enroque de poder dentro de Cuba».
De ahí que todo esto refleja que «el fin de Raúl Castro se aproxima y que esa familia, y en especial uno de sus miembros más tenebrosos, Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl, están conspirando para un control aún mayor de la familia sobre el aparato gubernamental y sobre Gaesa. En definitiva, ese es el plan».
Por su parte, el economista Emilio Morales, socio director de Havana Consulting, también preguntado por este diario, recuerda «que años atrás Raúl Castro le había entregado las llaves del poder al general Luis Alberto López Callejas, su exyerno y padre de su nieto favorito. Su muerte inesperada en el mes de julio de 2022 cortó de golpe los planes de sucesión meticulosamente calculados que había hecho Raúl Castro, después de hacer una brutal limpieza del clan de sucesores que venía preparando Fidel Castro antes de caer enfermo y dejar el poder». En esa «limpieza» fueron defenestrados ministros entonces importantes como Carlos Lage, Felipe Pérez López, Carlos Valenciaga y Otto Rivero, entre otros.
Según Morales, el ascenso vertiginoso de Oscar Pérez-Oliva responde a la necesidad urgente del castrismo de lavar su imagen, dado el desastre que se ha convertido el proceso de continuidad de Miguel Diaz Canel (2015-2018), «cuya gestión ha sido caótica y profundamente desastrosa». Para ello, ha echado a andar su maquinaria de limpieza. El primero en caer ha sido Alejandro Gil, quien fuera ministro de Economía y viceprimer ministro del Gobierno. La salida de Gil ha sido tormentosa, acusado de traición a la patria, corrupción y otros cargos.
El caso Gil puede ser el primer paso para una limpieza más profunda que puede incluir al propio Diaz Canel y otros dirigentes
Hoy, enfrenta un juicio en el cual puede ser condenado a pena de muerte o a 30 años de prisión. El caso Gil puede ser el primer paso para una limpieza más profunda que puede incluir al propio Diaz Canel y otros dirigentes, «razones sobran para sacarlos de sus cargos». Morales concede que «Pérez-Oliva es una persona preparada, decente, inteligente, ecuánime y muy sencillo, al menos en su etapa estudiantil de preuniversitario y la universidad eran los rasgos distintivos que lo caracterizaban. No puedo juzgarlo en su etapa de vida posterior, la desconozco. Oscar Pérez Oliva no tiene nada que ver con el comportamiento escandaloso y mediático de Sandro Castro y su parentela acompañante de la rama familiar descendiente de Fidel, la mayoría de ellos vividores, mujeriegos y nada trabajadores, no es ese tipo de persona».
Con todo, queda por saber cuál sería el margen de maniobra real de Pérez-Oliva en un país devastado por los apagones y por la epidemia. «Cualquiera que sea el sustituto, sea quien sea, el margen de maniobra en las actuales circunstancias es nulo. La última palabra la tendrá Raúl Castro en medio de su decrepitud. Las órdenes y las estrategias saldrán de los oligarcas de Gaesa, no del presidente sustituto. Y como ya mencionamos, no hay una hoja de ruta ni un plan coherente para salir de la crisis, más bien tomas de decisiones a la carrera para ver como sobreviven en esta etapa final».