Fundado en 1910

La victoria de la derecha en Chile y por qué Kast no es un «ultra»

Lo de «ultra» es un adjetivo generado por la ideología de editores de la «ultraprogre» prensa europea, que no se convencen de que un chileno decente asumirá el poder en Chile

José Antonio Kast abraza a su mujer tras resultar electo presidente de Chile

José Antonio Kast abraza a su mujer tras resultar electo presidente de ChileEitan Abramovich / AFP

Tras el aplastante triunfo en Chile del candidato José Antonio Kast, la mayoría de los titulares y portadas de la prensa europea, incluyendo la española, han enfatizado el carácter ultra del flamante nuevo presidente chileno. Resulta inaceptable que reiteren equivocadamente que se trata de un «ultraderechista».

Los gobernantes ultra están en Cuba, Nicaragua y Venezuela. También están en Colombia y en Rusia. En España también los hay. Resulta indignante que se pretenda instalar un concepto erróneo de la figura del nuevo presidente.

Vamos por partes: Kast es un hombre decente, de familia, abogado, honorable, con trayectoria política intachable y además un patriota. El tremendo apoyo recibido por sus conciudadanos, derriba cualquier mito o estigma y ratifica sus cualidades humanas y éticas.

Sorprende que medios de prensa de renombre, insistan de manera majadera con asociar a Kast, de manera imprecisa, con el gobierno militar chileno que dejó el poder hace 35 años.

Hasta la información de prensa recibida por los diplomáticos españoles en las embajadas, a través de la Oficina de Información Diplomática, lo definen como «ultraderechista y ultracatólico».

Lo correcto es afirmar que es de derecha y católico. Lo de ultra es un adjetivo generado por la ideología de editores, que no se convencen de que un chileno decente asumirá el poder en Chile.

Kast ha recibido el apoyo y las felicitaciones de la mayoría de los líderes del mundo, con excepción del presidente de Colombia Gustavo Petro, que como ya lo indicara yo en una columna madrileña el 17 de mayo pasado: Petro está loco.

De que en su momento, Kast hubiese apoyado la gestión del gobierno militar chileno, es algo que le sucede al menos a la mitad de los chilenos, quienes consideran que el General Pinochet fue, con sus aciertos y errores, un buen presidente.

Lo importante es hablar de hoy y de la gran esperanza que se cierne sobre el pueblo chileno, pues Kast propone cambios reales para que Chile recupere el sitial de líder regional, que nunca debió perder.

El periodismo con tal de llamar la atención, prioriza portadas y titulares rimbombantes, los cuales comulgan con la ignorancia generalizada del europeo promedio, respecto de lo que sucedió en Chile entre 1964 y 1990.

La izquierda y los exiliados chilenos post Allende, se encargaron de repartir odio y mentiras por el mundo. Muchos de ellos y sus hijos continúan en Europa y otros lugares, en que «curiosamente» siempre gana la izquierda en las elecciones. Son las contradicciones de los izquierdistas. Ellos atacan al capitalismo, pero no se van a vivir a Corea del Norte o a Cuba. Es lo que en Chile llamamos «la izquierda caviar».

Hago un llamado a los periodistas europeos, incluyendo a RTVE, que modifiquen sus discursos, pues se han quedado en el pasado. Los chilenos han dado una muestra de realismo y de capacidad de reacción. Ojalá los políticos y la prensa española lean con más calma lo que ha sucedido en Chile y cambien las portadas y titulares.

Algunas sugerencias: «En Chile la derecha llega al poder con impresionante apoyo ciudadano». Otra podría ser: «El progresismo a lo «podemos» fracasa estrepitosamente en Chile». Otro: «Un católico de familia numerosa, asume el poder en Chile». Otro: «La ultraizquierda en Chile en su peor momento». Los discursos iniciales del presidente recién electo, dan cuenta que su Gobierno no será ultra, sino más bien, de sentido común y respetuoso de aquellos principios y valores que los verdaderos ultras no respetan, pues ni siquiera los conocen.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas