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Trump junto a Epstein en una nueva imagen publicada

Trump junto a Epstein en una nueva imagen publicada

Qué puede haber en todos los archivos de Epstein que Trump tiene que liberar

Aunque miles de páginas ya han salido a la luz en juicios, demandas civiles y filtraciones anteriores, estos archivos solo representan lo que posee el Departamento de Justicia

El culebrón que envuelve al pederasta Jeffrey Epstein, al presidente estadounidense Donald Trump, y a tantas y tantas personas famosas dentro de la cultura y la política norteamericana, se prepara para un punto de no retorno. En las próximas horas –o, al menos, antes de que termine la semana– se espera una de las mayores desclasificaciones judiciales de la historia reciente con la publicación de todos los archivos no clasificados relacionados con Epstein, el multimillonario acusado de tráfico sexual de menores que murió en prisión en 2019.

La norma, bautizada como Epstein Files Transparency Act, fue aprobada el mes pasado en el Congreso estadounidense –por 427 votos a uno– y deja al Gobierno de Trump con poco margen de maniobra. El propio presidente, que durante meses intentó frenar la iniciativa, acabó firmando la norma, preparando el terreno para la desclasificación.

Qué obliga exactamente la ley a publicar

El texto legal, de apenas tres páginas, es claro: el Departamento de Justicia y el FBI deben liberar copias «descargables y consultables» de todos los documentos no clasificados relacionados con Epstein y su colaboradora Ghislaine Maxwell que estén en su poder.

Entre los materiales que la ley menciona de forma explícita figuran: registros de vuelos, tanto comerciales como privados; información sobre asociados y contactos de Epstein; acuerdos de inmunidad o no persecución, como el que evitó su procesamiento federal en 2008; comunicaciones internas del Departamento de Justicia; registros financieros y bancarios y documentos sobre la muerte de Epstein en prisión en 2019 y también informes policiales, actas de detenciones, documentos migratorios, registros escolares, material incautado en registros y archivos procedentes de demandas civiles.

Una estatua que representa al presidente estadounidense Donald Trump y a Jeffrey Epstein

Una estatua que representa al presidente estadounidense Donald Trump y a Jeffrey EpsteinGetty Images via AFP

Según ha revelado CNN, el FBI custodia más de 300 gigabytes de información dentro de su sistema interno de gestión de casos, conocido como Sentinel. Ese archivo incluye vídeos, fotografías, audios y miles de documentos escritos, muchos de ellos procedentes de dos grandes investigaciones federales.

La primera arrancó en 2006 en Florida y desembocó en el polémico acuerdo que permitió a Epstein evitar cargos federales a cambio de una condena leve por prostitución, con solo 13 meses de cárcel y un régimen de «libertad laboral». La segunda investigación, mucho más amplia, culminó en 2019 con su imputación por tráfico sexual en Nueva York, poco antes de su muerte en una celda federal.

Qué podría salir a la luz y qué no

El Departamento de Justicia ha reconocido en documentos judiciales que deberá publicar materiales obtenidos en registros, incluidas las redadas en las mansiones de Epstein en Florida, Nueva York y su isla privada en las Islas Vírgenes. También figuran centenares de memorandos del FBI con declaraciones de testigos, conocidos como formularios 302.

La lista incluye además registros financieros, datos de vuelos, documentos de proveedores de internet, informes forenses de decenas de dispositivos electrónicos incautados, y materiales procedentes de bufetes que representaban a las víctimas.

Sin embargo, no todo verá la luz. La ley permite a la fiscal general, Pam Bondi, ocultar o censurar partes concretas de los documentos si contienen datos personales que identifiquen a las víctimas, imágenes de abuso sexual infantil, información que comprometa investigaciones federales en curso y material clasificado que afecte a la seguridad nacional o la política exterior. Eso sí, el texto es tajante en un punto clave: no se pueden ocultar documentos por razones de «vergüenza, daño reputacional o sensibilidad política», incluso si afectan a cargos públicos, figuras famosas o líderes extranjeros.

Expertos y periodistas que llevan años investigando el caso buscan especialmente borradores de acusaciones que nunca se presentaron, correos internos entre fiscales y agentes del FBI, y pistas ignoradas durante años.

Mientras tanto, no todas las víctimas celebran la publicación, ya que algunas temen que la difusión masiva de documentos provoque nuevas revictimizaciones, incluso con nombres o detalles sensibles expuestos. Ya ocurrió cuando el Comité de Supervisión de la Cámara publicó documentos del patrimonio de Epstein con datos personales insuficientemente protegidos.

Aunque miles de páginas ya han salido a la luz en juicios, demandas civiles y filtraciones anteriores, estos archivos solo representan lo que posee el Departamento de Justicia. Otros documentos –como registros bancarios adicionales o materiales en manos de herederos y comisiones del Congreso– podrían ver la luz más adelante. Aunque parece difícil que el culebrón se resuelva a medio plazo, lo que está claro es que el mundo contiene el aliento esperando la desclasificación.

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