Amnistía e independencia en España: un debate incomprensible en Hispanoamérica
La izquierda y el progresismo del grupo de Puebla, siempre promueve amnistía para sus delincuentes y jamás para aquellos juzgados ideológicamente por jueces al estilo Garzón
Hispanos se manifiestan contra la amnistía para los independentistas en Barcelona
España debate actualmente la amnistía promovida por el independentismo. La izquierda y el progresismo del grupo de Puebla, siempre promueve amnistía para sus delincuentes y jamás para aquellos juzgados ideológicamente por jueces al estilo Garzón. Desde países con identidad hispanista, vemos con preocupación que se libere a aquellos que promueven el desmembramiento de nuestra Madre Patria.
En Chile hace 50 años unos jóvenes oficiales que cumplieron órdenes, hoy mueren uno a uno encarcelados, octogenarios y nonagenarios. La ley de amnistía que pretendía sanar heridas y mirar al futuro, fue abolida y se les encarceló para verlos morir enfermos y con demencia senil.
El gobierno de Boric, «podemista» en el origen y «castrista» en la actualidad, está encantado de vengarse de aquellos que derrocaron a Salvador Allende, el peor presidente que ha tenido Chile.
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Tras dos votaciones que derribaron a aquellos que querían segregar el territorio de Chile, ha quedado escrito en piedra que Chile es uno solo, desde Arica a la Antártica. En España, de imponerse la amnistía, aflorarán otros fanáticos buscando independizar distintas regiones autonómicas para repartir escaños y cargos públicos a seguidores y cómplices.
Toda nuestra solidaridad con esa España unida, creyente y tradicional. También con esa España pujante y moderna. Esperamos que el sentido común regrese a los partidos políticos y que aquellos con algunas diferencias se unifiquen en pro de la unidad de los españoles.
La prensa y la academia tienen un rol clave a la hora de mostrarse objetivos en sus planteamientos y en no dejarse avasallar por un discurso cursi, que le resta relevancia a un Reino protagonista en la historia de la humanidad y en el futuro de Iberoamérica. Seguiremos rogando a Dios por nuestros países, por nuestra historia común y por nuestra lengua castellana, manjar de poetas y literatos.