Imagen del polémico falso policía de Cazalegas y su equipo radar

Imagen del polémico falso policía de Cazalegas y su equipo radar

Sanciones DGT

Radares privados, la forma de ganar hasta 1.500 euros al mes denunciando a otros conductores

La externalización de servicios de limpieza o tráfico ocurre en pueblos o pequeñas pedanías sin capacidad para asumir determinadas competencias

Los radares privados son una vieja idea que ya manejó la Dirección General de Tráfico en 2018. No se trata más que de la subcontrata de un servicio que desde los pequeños ayuntamientos no son capaces de asumir y financiar, como es el control de la velocidad y de otro tipo de servicios.
De esta forma existen empresas que entran en contacto con los ayuntamientos y se ofrecen para hacerse cargo de la instalación y de la manipulación y explotación de determinados elementos de regulación de tráfico, en este caso un radar de velocidad.

Medidas recaudatorias

Hay constancia de su funcionamiento en otros pueblos, como en Torremocha del Jarama, en Madrid, donde una empresa externa se ha hecho cargo de la gestión de una cámara radar que vigila una de las rotondas del pueblo para que nadie cometa una ilegalidad.
Cámara de regulación de tráfico en Torremocha del Jarama

Cámara de regulación de tráfico en Torremocha del Jarama

Se trata de servicios habituales en pueblos y pequeñas pedanías, igual que es habitual que se externalicen servicios de limpieza a empresas o particulares que cuenten con maquinaria de limpieza específica y similares.

El radar de velocidad

En este caso lo ocurrido en le pueblo toledano de Cazalegas ha sido completamente legal. Los ayuntamientos tienen transferida las competencias del tráfico, y pueden contratar para ello servicios auxiliares.
De hecho el Ayuntamiento ha hecho público un comunicado de cuatro puntos en el que inicialmente se «desentiende» del incidente en sí y de la difusión del vídeo, aunque reconoce abrir una investigación sobre el caso ante la posibilidad de que el radar sea «algún servicio o concesión municipal».
Pone el acento precisamente sobre la identidad de la persona que aparece manejando el radar y es que aquí está el problema. Este aparato, aunque cuente con las homologaciones pertinentes de los servicios de metrología, debería ser manipulado por un agente de la autoridad. Que es quien puede dar fe de lo ocurrido por la conocida presunción de veracidad.

La DGT se lava las manos

En este caso la DGT deja en manos del pequeño pueblo toda la responsabilidad, pues se trata de una pequeña carretera a las afueras del mismo cuyas competencias habían sido transferidas al ayuntamiento en 2008.
Los radares privados funcionan también desde hace tiempo en Francia, donde los particulares pueden ganar hasta 1.500 euros al mes en caso de poner al servicio de las instancias oportunas francesas un radar homologado para denunciar excesos de velocidad. Se trata de una iniciativa que la DGT francesa puso en funcionamiento en 2021. La flota inicial era de 450 coches particulares y trabajaban seis horas al día.
El Citroën sobre el que se monta el radar privado en el pueblo toledano

El Citroën sobre el que se monta el radar privado en el pueblo toledano

En principio no hay constancia de que la DGT haya hecho uso de sistemas parecidos en ninguna carretera de la red viaria nacional española.
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