El truco del tenedor no parece demasiado fiable

El truco del tenedor no parece demasiado fiable

Práctico

Si el truco del tenedor funciona en tu coche, más vale que lo cambies ya

Un simple tenedor es más que suficiente para realizar esta maniobra considerada un secreto del gremio de los cerrajeros

Las redes sociales son fuente de todo tipo de trucos, unos reales, otros inventados y otros que no pasan de la categoría de bobadas. En este caso hemos localizado uno que es cuanto menos insólito.

La verdad es tras haberlo puesto en práctica en algunos coches, lo único que podemos decirte es que si te funciona, conviene que vayas pensando en cambiarte de coche, porque sus medidas de seguridad son muy básicas.

Truco de cerrajero

En este caso el truco hace referencia a un antiguo método usado por los cerrajeros para abrir cerraduras, entre ellas las del coche.

Un tenedor y un coche sin llaves.. ¿qué puede fallar?

Un tenedor y un coche sin llaves.. ¿qué puede fallar?

Para ello necesitas tan sólo un tenedor, pero no un tenedor cualquiera, sino uno que sólo tenga los dos dientes centrales, lo que significa que si tenemos un tenedor convencional de tres o cuatro dientes debemos arrancarle uno o dos.

Un tenedor mellado

Tras esta maniobra debemos aplanar el tenedor con un martillo, para crear una especie de llave maestra que debería caber por la cerradura.

Una vez dentro no hay más que intentar girar el tenedor o ganzúa a la vez que damos tirones del abridor de la puerta. Una maniobra un tanto delicada, porque lo normal no es que se abra la puerta, sino que es más posible que alguno de los dientes se rompa dentro e inutilicemos la cerradura.

El tenedor ya convertido en ganzúa

El tenedor ya convertido en ganzúa

Sin duda no parece que se trate de un truco de cerrajero, sino más bien de un truco un tanto chapuza que quizá podría servir en cerraduras muy básicas y antiguas.

Respecto a cómo arrancar el coche después con el tenedor, el truco de cerrajero no indica nada. Ni tampoco respecto a lo que podemos hacer con el tenedor mellado una vez terminada la maniobra. No parece un truco que anime a los amigos de lo ajeno a robar coches, pues las consecuencias pueden no ser las esperadas.

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