
Limpios y funcionando en menos de un minuto...
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El truco definitivo para arreglar los limpiaparabrisas sin tener que cambiarlos
Llevar las escobillas en mal estado puede traducirse en una multa de 200 euros de la DGT por mala visibilidad
Dice el refrán que sólo nos acordamos de Santa Barbara cuando truena, una frase que encaja como anillo al dedo con los limpiaparabrisas, pues muchos conductores tan sólo se acuerdan de ellos cuando llueve y comprueban su lamentable estado de conservación.
Genéricamente conviene que cambiemos las escobillas de gomas de los limpiaparabrisas cada año, pero es mucho pedir para algunos conductores que no tienen en cuenta que un coche necesita un mantenimiento periódico más allá de lavarlo y echarle gasolina.
Mantenimiento mínimo
En este caso se trata de un mantenimiento económico, pues un juego de escobillas nuevo ronda los 50 euros, aunque lo más incómodo es tener que cambiarlos, pues en todos los coches la maniobra no es tan sencilla como parece.

Cambiar las escobillas no es tan fácil como parece
Ojo al ruido
El más claro es el ruido, cuando al usarlas suene como si rascaran el cristal es que están viejas, sin más, no hay dudas. También si cuando llueve no retiran bien el agua es que tenemos que cambiarlas rápidamente, pues incluso la Guardia Civil podría llegar a multarnos por falta de visibilidad.

Vinagre y aceite de coco, los productos estrella
El truco que corre como la pólvora por internet es este que ayuda a rejuvenecerlas, aunque en ningún caso hablamos del mismo efecto que usar unas nuevas.
Basta con limpiarlas con un paño humedecido en vinagre de cocinar y frotarlas después por un poco de aceite de coco corporal, producto que dejaremos aplicado unas horas para que hidrate el plástico antes de retirarlo con un paño limpio con suavidad. Un remedio sencillo y con grandes beneficios.