Insólito
Ni el mejor de los guionistas de la popular serie Aquí no hay quién viva se le hubiera ocurrido un episodio mejor que el ha tenido lugar en un edificio residencial de Madrid.
En concreto nos referimos a la vivienda ubicada en la calle Marqués de Lema número 7, del madrileño distrito de Chamberí.
Tal y como reconoce la Policía se trata de un edificio conflictivo desde hace años por las continuas disputas entre los vecinos que allí viven. Construido hace ya décadas, lo que estaba destinado a ser un tranquilo hotel pasó a ser un edificio de pequeños apartamentos que los vecinos compraron hace ya años.
Las disputas vecinales dieron origen a una guerra de residentes en las que pronto tomaron partida el administrador y el portero, que son los que están detrás de decisiones como derramas extraordinarias constantes que los residentes no acaban de entender.
En este caso el último episodio ha afectado de lleno a uno de los residentes, Fernando Prieto, que ha visto cómo en una noche su coche quedaba tapiado dentro de su plaza de garaje por un muro de rasillón que los responsables llegaron incluso a pintar como si fuera una pared más del garaje.
El único detalle que delata la improvisación de la obra es que el muro está abombado para poder tapar por completo el BMW Serie 3 blanco de su propietario. Tal y como confirma Fernando, es la segunda vez que le ocurre ya.
Otros vecinos dicen que es una reprimenda por aparcar fuera de su plaza de garaje, algo que podría volver a ocurrir si no respeta las líneas del garaje.
Episodios vecinales que han convertido en un verdadero infierno esta peculiar finca desde hace años, en la que ha llegado a intervenir hasta la Policía y que hace ya años sirvió de escondite y residencia para un comando etarra.
Se habla incluso que detrás de todo hay oscuros intereses especulativos que quieren obligar a sus inquilinos a vender para construir un nuevo edificio de lujo.
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