El parasol del conductor, un gran desconocido

El parasol del conductor, un gran desconocido

Práctico

La función desconocida del parasol de tu coche

En ocasiones algunas de las piezas más sencillas de un automóvil nos sorprenden con funcionalidades que no habíamos imaginado

Parece una contradicción que muchos conductores cuando se compran un microondas se leen las instrucciones de cabo a rabo, pero en cambio estrenan un automóvil y no se molestan ni en sacar de la guantera el libraco de instrucciones.
La realidad es que no se le puede llamar libro, pues además de tener cientos de páginas, el tamaño de letra exige una lupa y suele estar impreso en papel de dudosa calidad, cuando no tiene formato digital y nos exigen que lo leamos en la pantalla del móvil o en una tablet.

Infumable pero necesario

Esto nos priva de multitud de información respecto a nuestro automóvil y de algunos trucos que hacen mucho más llevadera nuestra vida diaria.
Lengüeta central de un parasol

Lengüeta central de un parasol

Es el caso de los parasoles, un instrumento de seguridad muy necesario ahora que se acerca el buen tiempo.

El pionero

El Ford T fue el primer modelo en el mundo que los empezó a usar en 1924, entonces usaba solo uno para el conductor. En 1932 introdujo el doble parasol e intentó patentarlo en numerosas ocasiones, algo muy complejo dada la naturaleza del invento.
Poco más adelante fueron incluyendo nuevas funcionalidades, entre ellas un espejo con tapa e incluso sistema integrado de iluminación, muy útil por la noche.
Parasol en posición lateral

Parasol en posición lateral

Otras de las funciones más útiles pero menos conocidas son las que permiten ampliar su radio de acción.
Para empezar suelen disponer de una lengüeta extensible que permite tapar la zona del parabrisas central que queda entre ambos parasoles, extremadamente útil.

Segunda función

Si sacamos el enganche central que une el parasol al techo podemos bascular lateralmente el parasol para tapar la luz que entra por la ventanilla, pero es que además si sacamos la lengüeta citada, taparemos casi por completo la ventana lateral, por lo que el sol no podrá darnos por ningún sitio.
Así no hay sol que valga...

Así no hay sol que valga...

Sin duda un inventazo al que pocos reconocen lo que ha supuesto en materia de seguridad vial para los conductores, al evitar ser deslumbrados por el sol.
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