Los talleres de mecánica se han profesionalizado mucho

Los talleres de mecánica se han profesionalizado mucho

Práctico

Un mecánico jubilado revela por qué nunca hay que dejar el coche en el taller con el depósito lleno

Llevar el coche a un taller se convierte en un acto de fe para muchos conductores que no saben absolutamente nada de mecánica

Antes o después todos los conductores están obligados a dejar su coche en el taller, ya sea por una avería o por una simple revisión. Se trata de un acto de confianza extremo, pues todos conocemos casos de robos de coches depositados en talleres, siniestros e incluso incendios.

Por ello cuando dejamos el coche en el taller debemos exigir siempre que nos den un documento conocido como resguardo de depósito.

Resguardo de depósito

El resguardo de depósito es un papel en el que se especifican todos los datos sobre el vehículo que dejamos, el motivo por el que lo llevamos y detalles como cuánto combustible hay en el depósito, para evitar problemas posteriores.

Determinadas averías se reparan mejor con el depósito vacío

Determinadas averías se reparan mejor con el depósito vacío

Marcelo, un mecánico jubilado que dedicó toda su vida a trabajar en un pequeño taller de pueblo, explica por qué es obligado exigir siempre este documento y no dejar nunca el depósito lleno.

Las dos claves...

Este documento sirve como justificante al propietario en caso de que el vehículo sufra algún daño, lo roben o incluso cometan una infracción o un delito durante el tiempo que está allí depositado.

Tal y como cuenta Marcelo, en su época presenció en varias ocasiones como el coche de algún cliente se usaba para realizar recados e incluso era conducido durante días por el jefe de taller con la excusa de que lo estaba probando, por supuesto a costa del dueño, pues gastaba su gasolina.

Ejemplo de un resguardo de depósito

Ejemplo de un resguardo de depósito

Marcelo también presenció como en alguna ocasión esporádica llegaron a sacarle combustible a un coche que tenía el depósito lleno para usarlo en otro de los vehículos que habían dejado tieso.

De esta manera evitaban tener que ir a repostarlo a la gasolinera. Afortunadamente Marcelo quiere matizar que él dejó de trabajar a finales de los años 90 y que confía en que estas costumbres de los talleres hayan cambiado, pues todo el sector del automóvil en general se ha profesionalizado mucho.

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