Concesionario de venta de coches usados
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Un gestor advierte: «Hacienda puede ir a por ti si haces esto al comprar o vender un coche»
Este tipo de operaciones en las que se mueven determinadas cantidades de dinero conviene estar asesorado y no cometer errores
La compra-venta de un automóvil es siempre una actividad de riesgo y no es plato de gusto para nadie, especialmente entre particulares. Por un lado siempre esté en el aire la posibilidad de que te engañen y por otro se mueven cantidades elevadas de dinero, muchas veces en efectivo y esto siempre entraña problemas.
Hay que tener en cuenta que hace ya años que Hacienda controla los movimientos bancarios al milímetro, en teoría sacar 1.000 euros en efectivo o ingresar 1.000 euros ya supone un problema y puede hacer saltar las alarmas para que controlen nuestros movimientos.
Saltan las alarmas
En este caso un economista especializado en casos de gestoría nos explica el principal problema al que se enfrenta el comprador, que es por un lado pagar los impuestos de la compra-venta (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, ITP), pues le corresponde a él y por otro justificar siempre el movimiento de dinero que realiza para pagar el coche.
Contrato de compra venta de coches tipo
En este caso basta con el contrato de la compra-venta del coche y ante cualquier problema ese será el justificante que deberemos presentar ante una posible inspección o consulta de Hacienda.
El contrato es clave
En el caso del vendedor la situación es más sencilla, debe guardar el contrato de compra-venta de su coche para justificar ese ingreso de dinero y tan solo debería pagar a Hacienda en el caso de que haya habido una plusvalía, es decir, que comprara el coche por 18.000 euros y lo haya vendido por 20.000 euros, en este caso se trata de un incremento patrimonial de 2.000 euros que tributa en renta.
Más allá de lo mecánico al comprar un usado hay que tener algunas consideraciones
De hecho no es de extrañar que si vas a ingresar los 20.000 euros por ventanilla el banco te pida copia del contrato de compra-venta para cubrirse las espaldas, algo extremadamente habitual con el incremento de los controles a las entidades bancarias.
