Las inversiones en China de marcas como Volkswagen no encuentran retorno
Industria
Las marcas europeas en China no tienen futuro: la sombría profecía de un directivo de Stellantis
El mercado chino va camino de convertirse en una patata caliente para los fabricantes europeos que apostaron por el mercado asiático que las hizo de oro durante algunos años
Hace ya tiempo que el mercado chino se ha convertido en un verdadero infierno para los fabricantes europeos, que han pasado de dominar las ventas en el país asiático con un 64 % de cuota en 2020 a poco más de un 30 % en la actualidad y la tendencia no parece cambiar.
Algunos fabricantes como Mercedes han cerrado su concesionario emblema en Hunan, que ahora es Huawei, mientras que otras como Stellantis directamente cesaron operaciones en el mercado chino.
El oro de Pekín
En su momento el mercado chino se convirtió en la vía natural de crecimiento para las marcas europeas, pero el Gobierno de Pekín les obligó a operar de la mano de una firma local y a tener fábrica, lo que ha provocado que hoy haya entre 30 y 40 plantas de coches europeas en el país asiático propiedad de Volkswagen, Mercedes y BMW.
Mercedes tuvo que cerrar su concesionario estrella en China
A día de hoy Stellantis y Renault son las únicas marcas que se han deshecho de sus plantas, en el caso de Stellantis habría que matizar la afirmación porque es propietaria de una parte importante de Leapmotor.
Con la eclosión de las marcas de coches chinas el Gobierno de Pekín ha preparado un paquete de incentivos para que los ciudadanos chinos se decanten por coches locales, como por ejemplo interés cero en las financiaciones, a lo que hay que sumar la exaltación de un sentimiento patriota hacia las marcas locales, lo que ha desplazado por completo a las extranjeras.
Los chinos quieren coches chinos
Por si esto fuera poco, los fabricantes locales ofrecen coches mucho más modernos y tecnológicos por la mitad de precio, mientras los europeos sigue apostando por conceptos que allí han dejado de valorarse como el comportamiento.
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Con este panorama algunas firmas como Mercedes o BMW mantienen su actividad sin hacer locuras a la espera de lo que pueda ocurrir, aunque han lanzado modelos como el Mercedes CLA al gusto chino, al igual que la gama eléctrica de BMW, lo que no quiere decir que vayan a venderse.
Al gusto chino
En cambio otras marcas como VW y Toyota han doblado su apuesta local con inversiones ingentes, lo que no les está sirviendo para crecer en cuota de mercado, una apuesta muy preocupante además si tenemos en cuenta los problemas a nivel internacional que están provocando los aranceles, que han disparado el precio de los coches producidos en China, con lo cual no hay manera de colocarlos en otros mercados, tal y como le ha ocurrido a Seat con el eléctrico Tavascan.
Originariamente el plan era fabricar en China determinados coches para Europa e incluso para EE.UU., pero ese plan ha descarrilado por los aranceles.
De hecho pese a su esfuerzo Toyota y Volkswagen solo han logrado posicionarse en el segmento de los compactos con motor de gasolina, con una cuota conjunta inferior al 35 %.
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Bajo una filosofía «En China para China», los fabricantes siguen apostando por aquel mercado pero la situación se vuelve más preocupante cada día, tanto que este verano Maxime Picat, director de operaciones de Stellantis para Asia, África y Oriente Medio y que en su momento fue candidato a suceder a Tavares, declaraba no ser «nada optimista con el papel de las marcas europeas que aún operan en China».
